Simios de renombre. Así, sin más, por plantear un tema, va. Si tiramos de cultura popular, monetes famosos ha habido unos cuantos. Por ahí anda el atemporal Rey Kong, que es feliz destrozando Nueva York y dominando la Isla Calavera. Cómo olvidar a ese otro… sí, el del mote de borrico, que tiene fijación por los fontaneros y lanza barriles con mala baba. Y claro, hay que mencionar a un tal Caesar- o El Cesarín, localizando-, que tan pronto es el más listo del zoológico como luego te deja la Estatua de la Libertad, hecha un cromo y tirada en la playa (no nos maldigáis por fusilar tan alegremente cierta saga…). Vale, viendo el perfil común de los primates anteriores, sin entrar en motivaciones y blablabá, no se trata precisamente de unos santurrones. ¿Acaso no podemos encontrar un mico VIP más benevolente, y ya puestos, cerquita de nuestras fronteras?

Si un simio se queda de piedra, ¿es un monolito?
Veamos, toca situarse en la península ibérica. Hasta ahora, eran muy escasos los referentes que teníamos (siempre en el recuerdo, Copito de Nieve) más allá ya de los mono-cacos que se agencian mochilas en cierto peñón. Por fortuna, hay un nuevo primate, y de intenciones nobles, nacido en nuestro país, que ha aparecido para llenar nuestras horas de ocio digital: Sun Wukong -Wu, pa’ los colegas -. Con ese nombre, igual os suena a que tiene antepasados orientales, y algún tiro (o golpe, mejor dicho) va por ahí, mas su “DNI monil” lo deja clarinete: 100% desarrollado en nuestras tierras. Os presentamos The Crown of Wu, de Red Mountain Studio, un juegazo creado en este pequeño rincón del planeta, pero que merece ser disfrutado en todo el mundo.
Luz, fuego, destrucción… EL MUNDO PUEDE SER PURA DIVERSIÓN
La frase anterior, usada para el apartado que dedicaremos a la historia del juego, podría sonar a friki-referencia gratuita, y haceros pensar que este título va de recoger 7 bolas y pedir un deseo a un dragón… y no, pero un poco sí. Asumiendo que el Click-bait no es lo nuestro, toca explicarnos. Allá por el Siglo XVI, se publicó en China la que sería fuente de inspiración para infinidad de obras posteriores: Viaje al Oeste (西遊記 en el original, que poniéndolo parecemos hasta cultos). Esta densa novela es, por así decirlo, el culmen de la literatura clásica asiática, abarcando géneros y temáticas de lo más variopintas como la aventura, el pensamiento religioso, la sátira y… vale, que para críticos literarios igual no servimos (nos cuesta entender hasta la etiqueta del champú) y nos enrollamos: quedaos con que uno de los protas es el Rey Mono, Sun Wukong. Esto empieza a encajar.

Por suerte no manejamos a Super-Monkey, que metiendo la mano en lo que parece kryptomonita, acabaría mal…
The Crown of Wu es un juego que picotea cositas de la mencionada obra maestra para su argumento, mezclando ideas totalmente originales con una ambientación de fantasía y elementos de la mitología china. Arrancamos nuestro periplo cuando el prota, tras el calvario sufrido por una larga estancia en prisión, es liberado de sus cadenas. Fue capturado, condenado y encerrado por sus pecados (podríamos hacer chistes sobre babuinos que pelan muchos plátanos… pero nuestra elegancia nos lo impide), y mientras se encontraba retenido e inmóvil, pudo reflexionar sobre su culpa. Wu era un destacado heraldo del emperador, pero acabó ansiando un excesivo poder, llevándole a romper el vínculo con su señor. Ahora, al abandonar su celda, observa un mundo caído en desgracia, y nos tocará ayudarlo en su camino hacia la redención, recuperando (y destruyendo) la que fuera su corona.
Que nos os asuste la parrafada anterior, pues el peso de la narrativa en el producto es el justo y necesario. Saltaremos a la acción casi instantáneamente, y con escasas interrupciones: dinámico y vertiginoso serían dos adjetivos muy válidos para definir el ritmo de este juego, aunque también tendrá ciertos momentos más sesudos y calmados, como os vamos a explicar en breve. Por su parte, el resto de la historia se irá contando en brevísimas escenas de vídeo, mediante unos monolitos interactivos, y ampliaremos si gustamos el trasfondo (o “lore”, como se dice ahora) mediante las descripciones de los objetos en el inventario; si os suena parecido a ciertas “Almas Oscuras”, vais bien encaminados…

Si un primate cae en la rutina, ¿es monotonía?
Leña al mono que es de goma. Y polígonos
The Crown of Wu es, al igual que la obra escrita en la que se inspira, un óptimo recipiente para varios géneros. Empezando por el plataformeo, que nos exigirá habilidad y precisión en los saltos, calculando distancias perfectamente y apurando a tope, ya que las numerosas estructuras móviles (algunas hacen “chas” y desaparecen a tu lado) nos lo pondrán chungo. Las zonas de brincos para nuestro mandril saltimbanqui se alternarán con varios puzles, en los que tocará darle al tarro colocando bloques, activando palancas o enfocando láseres. Son rompecabezas que encajan de fábula equilibrando el juego, y que os mantendrán observando el entorno hasta dar con la solución. Entonces gritaréis “¡Eureka!”, y os sentiréis un pelín más inteligentes: Homo Sapiens reales ayudando con lógica a un antepasado (o más bien antefuturo) digital. Si Darwin nos viese…

El tuning llega a las varas y bastones. Los neones perfect, enganchar el bidón del nitroso ya será más complicado.
“Monkey Souls” molaría como denominación jugable, dado el apartado que nos falta por tratar. Y es que nuestro personaje, además del parkour-monil, también mostrará otras habilidades más agresivas cuando toque repartir estopa. Mediante un esquema de control sencillo, nos enfrentaremos a correosos enemigos como drones, guardianes, samurais robóticos y un puñado de jefes finales. Tendremos a nuestra disposición distintos ataques con el bastón, esquives, y poderes elementales que se irán desbloqueando al avanzar. Al igual que en otros títulos con combates tipo “Soulslike”, cualquier rival puede vaciar nuestra barra de vida en un santiamén, así que una rauda planificación será esencial, ya que tampoco podremos golpear a lo loco o nos quedaremos sin resistencia. Por suerte, y a diferencia de productos similares, aquí tendremos la opción de escoger al comienzo el nivel de dificultad, desde una experiencia suave y ligera como un tití, hasta un reto salvaje tamaño gorila.

Si un macaco habla sin parar, ¿se marca un mono-logo?
Una monada que crece para ser monísima
Ningún primate goloso desearía zamparse una buena banana, por muy tierna y sabrosa que esté por dentro, si por fuera su piel se encuentra fea y chuchurrida. Pues los mismo solemos aplicar nosotros, como primos-hermanos mandriles que somos, al elegir los juegos a degustar: una gran historia junto a mecánicas divertidas, pedirán siempre un envoltorio muy bonito. Por fortuna, The Crown of Wu es tan delicioso al tacto como hermosote a los ojos. Nuestro personaje tiene unas fluidas animaciones para sus movimientos, y un diseño muy molón. Destacan también los variados escenarios: visitaremos templos, cuevas, junglas o cumbres montañosas, todo con una estética que mezcla paisajes antiguos de leyenda con aspectos futuristas y ciencia-ficción. El sonido, por su parte, cumple holgadamente con una música sutil pero armoniosa, unos efectos más que correctos, y unos graciosos balbuceos para sustituir a las voces (son macacos, no hablan. Riguridad total, oiga).
Vamos a retomar el ejemplo bananero para tratar un último punto. A veces, una fruta puede caer del platanero algo verde aún. Estará rica fijo, pero al morder quizás la textura no sea la óptima, pues la preferiríamos algo más madura. Sólo un poco de tiempo bastaría, claro, esperando a que la viésemos a nuestro gusto. Por suerte, con los videojuegos, no hay que aguardar mucho, gracias a los parches y actualizaciones. Quede claro, The Crown of Wu es perfectamente jugable y disfrutable en su “versión 1.0”, y lo pasaréis pipa según metáis el disco; pero si instaláis el último parche disponible, que pesa poquito, gozaréis de la mejor experiencia posible, solucionándose un par de bugs (nada grave, de verás) que os podríais topar.

Cuando el enemigo se empacha de fabada radiactiva.
La gente de Meridiem Games ha puesto más cariño para The Crown of Wu en su edición física de la que Tarzán tenía por Chita (y era mogollón): incluye una funda especial, carta y set de postales. La tenéis disponible en la web de GAME o en cualquiera de sus tiendas. Y antes de cerrar, retomemos el tema del darwinismo (próximo destino: la Nashional Yeografic esa). Es casi imposible saber cómo algo pequeño y sencillo, puede evolucionar a una forma compleja y llegar a cotas aparentemente inalcanzables. Lo mismo se puede aplicar a los artistas y sus obras; y extrapolando al ámbito digital, si el primer videojuego de un estudio novel chiquitito ya muestra tal sobrada calidad, solo cabe esperar ansiosamente a lo que vendrá después. Y como nosotros ya hemos escrito demasiado, nos retiramos para subir a nuestro árbol, dejando paso a la gente pensante detrás de este juegazo y que nos sigan sorprendiendo, ahora contándonos cosillas jugosas.
Empecemos por las presentaciones. Toca explicar a nuestros lectores quién eres y cómo surge este proyecto.
¡Hola! Soy JC Montero, director creativo en Red Mountain. También soy profesor de la Escuela Trazos, escuela de artes digitales en Madrid.
La concepción surge en el área de videojuegos de Trazos en 2018. Allí me proponen crear un videojuego pequeñito que diera cabida a varios departamentos de la misma, como animación, diseño, concept art, etc. El proyecto comienza de esa manera, con colaboraciones de estudiantes, pero poco a poco va tomando forma y acabo externalizándolo a una empresa que tenía en ese momento, TRTLabs. Digamos que necesitaba de una profesionalización para poderse concluir porque era la mejor manera de que creciera adecuadamente.
Con la nueva pátina más profesional somos seleccionados en el programa Talents. A partir de ahí, el proyecto crece mucho hasta 2020, donde con el COVID nos vemos forzados a cerrar la empresa. Todo se retoma en 2021 con la formación de la nueva compañía, Red Mountain. ¡Y hemos seguido trabajando en él hasta hoy!

“…Y por fin ya veo la luz, ya la niebla se ha marchaaaado” Monetes cantarines recordando cosas enredadas.
¿Cuántas personas han participado en el desarrollo del título? ¿Y cómo de largo-o duro- ha sido el parto?
Al inicio participaron, sobre todo haciendo concept, un grupo de estudiantes interesante, como de unas 10 personas. Luego, cuando se externalizó y se convirtió en un proyecto profesional hemos trabajado en él al principio 4, luego quedamos 2 (al abrir la nueva compañía) y hemos crecido hasta los 5. Finalmente, la compañía ahora mismo somos cinco y es probable que crezcamos un poquito más.
El trasfondo y la mitología presentes en el título nos suenan de algo… ¿os empollasteis “Viaje al Oeste”? ¿Hubo mucho trabajo de documentación sobre leyenda y folclore oriental, o tirasteis mayormente de inventiva? ¿Quizás sois algo fans de los Súper-Saiyanes? Juji.
Hubo mucha documentación, literal… Sin embargo, a pesar de tener clara la mitología y el cuento, quisimos darle un giro y aportar una nueva historia que fuera diferente y más fresca que la archiconocida Journey to the West… De esa manera creamos un nuevo universo donde mitología y religión son una misma cosa y suceden eventos muy diferentes a los esperados, comenzando por un Sun Wukong que se despierta de un castigo por haber sido un criminal en el pasado y quiere redimirse de sus pecados.

“Gorilas en la niebla 2: La Venganza”. De nada por la idea, Hollywood.
¿Eres muy jugón? ¿Algún género/videojuego favorito? Y la pregunta más chunga… ¿Consola o PC? – un “ambas” sirve, tranqui.
Soy bastante jugón, ¡aunque me defino más como disfrutón! En casa tenemos PS3, PS4, PS5, Xbox, PC, Switch, SteamDeck, Nintendo DSL… en fin, me gusta disfrutar de los videojuegos y no me importa la plataforma.
Me gustan muchos géneros, aunque depende del momento, si estoy en periodos donde tengo más tiempo y estoy descansado juego títulos “souls like”, de aventuras y RPG, y si no tengo tiempo y/o estoy agotado juego a producciones más pausadas tipo “deckbuilder” como Slay the Spire, etc.
Suponemos que vuestro equipo está formado por gamers, ¿quizás alguna visitilla a las tiendas GAME cae a veces? ¿a cuál? ¿Tenéis anécdotas o recuerdos que queráis contar relacionadas con nuestra cadena?
Claro que caen visitas a las tiendas Game. La de Madrid – Callao es donde me dejo una parte de los ahorros, ¡tanto por mi hijo como por mí mismo!
Bueno, anécdotas solo comentar que me da miedo ir, sobre todo si me acompaña el niño, porque como es natural, quiere todos los juegos que ve y a veces ha tocado salir llorando porque no era posible. Y ojo, que el que lloraba era yo, jajaja. Es broma, pero si es cierto que muchas veces veo tanta oferta que me encantaría poder llevarme una buena bolsa llena de títulos.

¿Recordáis a los monos voladores de Oz? No eran familia de Wu, así que mejor no caerse.
La edición en disco de The Crown of Wu es una maravilla, ¿sois grandes defensores del formato físico? ¿Se ha lanzado ya el producto en los mercados internacionales, y cómo esperáis que sea su rendimiento comercial?
A mí me encanta el formato físico. Soy muy old school y me gusta atesorar las cajas y ediciones chulas. Respecto a The Crown of Wu, efectivamente se ha lanzado en mercados internacionales tanto en físico como en digital. La expectativa es razonablemente buena sin ser un blockbuster total, digamos que sabemos que va a funcionar con un trabajo constante durante los próximos meses, dejando todo bien fino y bonito.
Toca preguntar por el futuro, ¿Tenéis ya algún otro proyecto sobre la mesa de trabajo? ¿Algún adelanto que nos puedas hacer?
¡Pues sí! Ahora mismo estamos embarcados en el siguiente proyecto, Facies Hermética, un universo que contempla un par de juegos de Alquimia en el Toledo del siglo XVI donde habrá desde mecánicas de roguelike y deckbuilder a hack & slash, en los diferentes gameplays que estamos planteando. Estamos muy ilusionados con este proyecto y esperamos dejarlo muy muy bonito, divertido, adictivo y disfrutable.
Agradecer enormemente, a nivel personal, la cercanía de José Carlos y el valioso tiempo que ha prestado para este artículo.