¿Os han preguntado alguna vez si sois más de mar o de montaña? ¿Por qué solo esas dos opciones? Puede que la respuesta de mucha gente sea piscina o bosque… O puede, simplemente, que seamos más de pasearnos por casa con una manta en forma de capa y acurrucarnos en el sofá, mientras jugamos a Marvel Rivals como si no hubiera un mañana. Puede que el abanico de opciones tenga que ser más extenso al fin y al cabo. ¿A quién no le gusta el bosque? A mí, desde luego, NO. Hay bichos, humedad, frío y más bichos. El caso es que hoy vengo a hablaros precisamente de eso, de la naturaleza o, más bien, de la destrucción de ella. Os presento One Last Breath, un juego de Catness Game Studios y Moonatic Studios que nos trae la buena gente de Selecta Play.
¡Bienvenidos al fin del mundo!
Todo se ha ido al traste
One Last Breath nos intenta contar una historia de devastación, un mundo sumido en la auténtica catástrofe se muestra ante nuestros ojos. Si bien el juego no nos presenta absolutamente nada en cuanto a contexto se refiere, es fácil vislumbrar lo que quiere transmitir. Un escenario post-apocalíptico lleno de criaturas aterradoras y sin la presencia de una sola alma amiga. Estaremos solos en esta contienda. Nuestra protagonista, Gaia, se ve envuelta en una espiral de podredumbre global… o al menos hasta donde podemos ver. Solo algunas criaturas como ciervos o zorros parecen haber sobrevivido sanos al fin de los tiempos.
Como digo, la gente de Catness Game Studios y Moonatic Studios no nos ha querido dejar ni una sola pista que pueda hacernos ver que es lo que ha sucedido aquí. Ni una sola nota ni diálogo de ningún tipo en todo nuestro recorrido. Al menos, dentro del videojuego en sí. Si nos hacemos con la edición Seeds of Hope, encontraremos en su interior un cómic de unas 16 páginas donde nos narran todo lo ocurrido. En resumen: una compañía intenta hacerse rica a costa de la salud del planeta. Contaminan el agua y la gente acaba convirtiéndose en monstruos sedientos de sangre. Un clásico.
Mecánicas y puzles
One Last Breath es fácil de entender en cuanto a mecánicas se refiere: podremos ir hacia delante, saltar, agacharnos e iremos adquiriendo alguna que otra habilidad conforme avancemos, pero estas solo las podremos utilizar en ciertos momentos. Deberemos resolver algunos rompecabezas por el camino para seguir avanzando, pero nada demasiado complicado: la gran mayoría de veces solo tendremos que arrastrar grandes cajas para poder llegar a sitios más altos o activar mecanismos que nos permitan pasar por las puertas.
Nuestra protagonista tiene el poder de controlar las raíces enterradas de los arboles. Esto nos permitirá moverlas a voluntad para desbloquear caminos o impedir que algún «bicho» nos alcance. ¡Pero, cuidado! Ya que no podremos hacerlo cuando queramos. Estad atentos a los puntos en forma de flor de color verde radiactivo, ya que son importantes.
Los monstruos nos acechan en las sombras
Evidentemente, y como era de esperar, contaremos con la presencia de enemigos, seres que me han recordado a una mezcla de Demogorgon y Chitauri… fantástica combinación, por cierto. Podremos hacer dos cosas cuando estos seres nos vean: huir o escondernos. El juego marca lo que deberemos llevar a cabo. One Last Breath está diseñado para que todo esté milimétricamente calculado, incluso el tiempo que disponemos para correr y resguardarnos fuera de las garras enemigas.
Coleccionables
El juego es simple: avanzamos, resolvemos la zona y seguimos avanzando. El ensayo y error estará presente siempre, así que no sufráis si no conseguís completar alguna cosa ya que a la que lo volváis a intentar varias veces, lo superaréis sin problema. A mí no me ha llevado más de 2 horas completarlo, y eso que me he dedicado a conseguir el 100%.
One Last Breath dispone de diez coleccionables: una especie de generadores que deberemos apagar (están realmente escondidos en muchas ocasiones y puede que los pasemos por alto en algún momento), pero gracias al selector de capítulos podremos volver a todas las zonas y resolver lo que nos hayamos dejado por el camino.
Dispondremos de dos finales a nuestra disposición, algo así como el bueno y el malo. Para acceder a uno de ellos (no voy a decir cuál) es necesario haber apagado los diez generadores y llegar a cierto punto con el 10/10 en nuestra pantalla. Esto hace que el juego tenga más recorrido si queremos ver todo lo que nos ofrece.
Conclusión
Está claro que este título bebe de lo que nos dejaron juegos como Limbo, Inside o Little Nightmares, pero algo más discreto. La ejecución es buena y, aunque sea un juego corto, yo lo he disfrutado. Como ya he dicho al principio del artículo, disponemos de una edición más completa llamada Seeds of Hope Edition.
Esta incluye:
– El juego en su versión de PlayStation 5 o Nintendo Switch.
– Un cómic para ponernos un poco en situación de lo que está pasando dentro del juego.
– El manual de One Last Breath.
– Maceta de turba biodegradable, un disco de sustrato y una bomba de semillas. Todo incluido y listo para usar, basta con añadir agua para que crezca la planta.
Todo ello dentro de una caja monocubeta especial. Una edición que no os podéis perder y que la encontraréis en nuestras tiendas GAME o página web.