[#PorQuéTeGustará] 10 Razones para cabalgar a lomos de la diversión con MONSTER HUNTER STORIES COLLECTION. 🐉

Spin-offs o «productos derivados» si nos ponemos exquisitos y buscamos una traducción. Gracias a ellos se pueden descubrir sagas que por su antigüedad y/o extensión, dan coraje. Ese recelo a no saber por dónde empezar, o que no te atraiga la línea principal, pero que catando algo pelín «diferente» te pueda agradar. Ocurre con series de televisión, libros, películas… corcho, conozco gente que sin ser fan de Star Wars (existen, y sí, merecen respeto y una vida plena PESE a ello), fliparon con Rogue One. Y oiga, que lo mismo puede pasar en los videojuegos, no hace falta saberse todo el trasfondo en una franquicia para gozarlo con un buen spin-off. Me acaba de pasar, qué leñes.

Mi vecino DinoToro.

Si digo que en un par de acercamientos anteriores a la saga Monster Hunter no fui capaz de engancharme, os apetecerá a varios soltarme unos cuantos improperios como mínimo. Llamadme hereje (o «jeiter» de esos), pero aún gustándome los juegos de rol y acción, sus mecánicas no me calaban. Y me fastidiaba no apreciar lo que millones de gamers sí hallaban, pardiez. MH ha tenido a lo largo de dos décadas (se dice pronto) numerosas entregas principales, pero hace pocos años apareció una sub-saga lanzada exclusivamente para plataformas Nintendo. Ahora nos llega reeditada al completo para PlayStation, de la mano de PLAION, y me ha parecido un buen momento para intentar otra aproximación y descubrir la magia de los Spin-offs. Os vamos a contar diez argumentos para que le deis también una oportunidad:

1. Una monstruosidad de pack. Vamos a saltarnos nuestro protocolo preestablecido (mentira, siempre improvisamos) para los análisis en «diez razones» y destacar un motivo que solemos dejar para el final. Pero es que en este caso, se trata de uno de mucho peso por el que pillarse este Monster Hunter Stories Collection: dos juegos remasterizados por el precio de uno. Así, tal cual. En este pack se recopilan con sustanciales mejoras las dos entregas existentes por ahora y lanzadas anteriormente, la primera en 3DS y la segunda para Switch. Dos juegos completos, que aportan más de CIEN horas de vicios y que ahorita sí, de verdad de la buena, pasamos a comentar. Ah, casi todo lo que vamos a mencionar se aplica a ambas partes así que sólo remarcaremos puntos diferenciadores cuando toque, si no se nos olvida, claro.

Cuando la vida se abre camino, no hay que reparar en gastos.

2. Engendrando la leyenda. Cuenta la fábula que en tiempos remotos una tribu aprendió a tener piedad de los monstruos, forjando vínculos irrompibles con ellos; eran los Riders o Jinetes. Según la profecía, cuando se desatase el mal en forma de Terror Negro, tiñendo cielo y tierra de oscuridad, solo quien volase en el dragón blanco podría salvar al mundo… pues todo indica que según comienza la aventura en Monster Hunter Stories 1 (MHS1 a partir de aquí), ese peso mesiánico caerá sobre el/la protagonista: nos tocará escoger mediante un sencillo editor, su sexo, rasgos faciales, pelazo y demás. Nuestro jovencísimo avatar deberá vincularse con un Monstie inicial (su primer bicho/mascota) y de ahí a proteger todo un continente serán dos pasos (de muchas horas). Traición, amistad y humor nos aguardan en esta aventura.

3. La leyenda continúa. Un pueblo isleño está realizando un precioso ritual (oins, con farolillos, como en Enredados) cuando repentinamente las aguas y el cielo se tornan rojo sangre. De golpe, todos los dragones de la zona huyen… mal agüero. En Monster Hunter Stories 2 encarnamos al nieto/a  de un antiguo héroe de la villa y gracias a nuestro linaje nos permitirán unirnos a la exploración para resolver el misterio. Sin hacer mucho spoiler, los argumentos de ambos juegos pueden parecen ligeros, siendo el del primero algo más juvenil en su trama, pero están perfectamente desarrollados y nos aguardarán varios giros de guion. Conoceremos y hablaremos con infinidad de NPCs siempre acompañados del fiel Navirou, un misterioso Felyne (una especie de gatete) muy parlanchín y cómico. Sorprendentemente, no se dedica a tirar cosas.

NO… PUEDES… ¡PASAR! – Porfiplis, que me pisas lo fregao, corcho.

4. RVH – Rider Versus Hunter. Para los que vengáis de la saga principal de MH, o incluso para los profanillos como yo mismo, os sonará raruno leer «Jinetes»» y no «Cazadores». Pues bien, aunque estos spin-offs acontecen en el mismo universo que sus antecesores (de hecho, tendremos algún encontronazo con varios Hunters), aquí a los bichos no les damos estop—bueh, sí, pero sin cargárnoslos. Como Riders poseemos una piedra vinculante en nuestra muñeca (del brazo, no en una Barbie) con la que unir nuestro alma a la de los bichejos. No quedaría mal decir «doblegar», «someter» o «subyugar», pero todo tiene un trasfondo más Avatariense que a Pakómon, va. Los Monsties se unen a nosotros, conviven en paz y armonía con las gentes de estas tierras, colaborando en las tareas cotidianas del día a día… o solmenando mordiscos y zarpazos a sus congéneres a nuestras órdenes. ¿Turbio? Un pelín, ¿divertido? Mogollón.

En la jungla, la negra jungla, dormido está el dragóóóón…

5. Combates monstruosos… y por turnos. En ambos MHS la mayor carga jugable recae en los enfrentamientos contra criaturas. Cuando estemos recorriendo la naturaleza, o bien explorando mazmorras, veremos a distintas fieras deambulando (sí, nada de cansinos combates aleatorios). Al acercarnos la pantalla cambiará al más puro estilo de una «Fantasía Final» a una fase de lucha. Aquí no nos podremos mover, sino elegir los comandos a realizar: atacar, usar objeto, huir… lo clásico. El duelo se pone más interesante cuando tocar seleccionar la acción ofensiva, y es que los envites se resuelven con un sencillo «Piedra, papel o tijera», renombrados como «Potente, ágil o técnico» para los ataques. Escogemos uno y el rival lanzará otro, y según el resultado nos harán/haremos más o menos pupa. Según la criatura, será más propensa a los asaltos de uno u otro tipo (hasta podremos golpear en zonas específicas de su cuerpo), así que nos tocará estudiar y analizar patrones.

Blue y sus hermanos discutiendo sobre si un StarLord de desayuno les dará dolor de tripa…

6. Un monstruo viene a verme… y a luchar a mi lado. En los intensos y estratégicos combates, pueden tocarnos contiendas con grupos de varios enemigos, incluso durante los jefes finales. Afortunadamente nunca estaremos solos, puesto nuestro monstruito nunca nos abandonará (en el MHS2, incluso, habrá NPCs combatiendo a nuestro lado). Usando el mismo sistema de ruleta mencionado arriba, el Monstie que llevásemos de acompañante en el momento de entablar batalla, embestirá a los enemigos en su turno. Habrá que estar pendiente de su salud, curarlo cuando sea necesario o sacarlo del ring y sustituirlo por otro bichito que nos aporte ventajas significativas. Tras asestar varios golpes certeros se rellenará un medidor de vínculo que nos facilitará montarnos a lomos de nuestra criatura durante el combate; será entonces cuando podremos desencadenar los ataques especiales, unas habilidades ofensivas extremadamente dañinas que van precedidas de una secuencia de vídeo muy molona y que varía según nuestro Monstie.

Cuchi cuchi cuuuchiii, ¿a qué aberración genética le gusta que le rasquen detrás de las plumitas?

7. Con un par de huevos… o mejor, cientos. En este mundo de fantasía medieval el huevo siempre va antes que el monstruo (no sabemos si se aplica también a las gallinas). Visitaremos un sinfín de mazmorras y cavernas, algunas de paso obligado para avanzar en la aventura, otras que se generan aleatoriamente. En la mayoría de estas galerías, hallaremos nidos con huevos; tocará agarrarlos con fuerza (!), apreciar su color y textura (!!), e incluso olerlos (!!!) y así, distinguirlos por su calidad huevística ya que solo podremos sisarlos de uno en uno. Posteriormente los llevaremos a un establo para que eclosionen y dependiendo del tipo de… cigoto… obtendremos criaturitas de distinta especie y estadísticas. Sus valores de vida, ataque o defensa base aumentarán cuando combatan a nuestro lado o mandándoles en misiones monsti-grupales para que suban experiencia por sí solitos. Oh, y no entramos en detalles del complejo sistema de ingeniería genética para modificar atributos de las criatura, pues daría para un artículo aparte (así, omitimos el asuntillo de los sacrificios rituales. Cof, turbio).

Si alguna vez os han llamado «Rompe-huevos», debéis jugar a MHS para darle una nueva capa de veracidad.

8. Con lo mejor de los M-JRPG. Estos Monstie Japan Rol Playing Game (adoramos inventarnos términos, sep) no van cortos en cuanto a opciones roleras clásicas en su genero. En los pueblos y villas, los más variopintos personajes nos ofrecerán misiones secundarias o encargos de todo tipo. También se ubicarán aquí las tiendas donde comprar pociones e ingredientes para combinar, o las imprescindibles herrerías. En ellas, podremos forjar equipamiento, comprar nuevas armas o mejorar las que ya tengamos. Espadones, escudos, mazas, amuletos… todos con distintos stats, afinidades/debilidades elementales y habilidades pasivas o activas. Pasaremos largos ratos mercadeando en los pequeños núcleos urbanos, pero cuando abandonemos su bullicioso cobijo, será cuando apreciemos otras bondades jugables (y visuales) de estos títulos…

9. Unas vistas monstruosamente bellas. Manejando en tercera persona al protagonista, o cabalgando/volando a lomos de una de nuestras criaturas, atravesaremos parajes de gran belleza. Densos bosques, paradisíacas playas, inhóspitos desiertos o el caluroso interior de un volcán servirán de escenarios para nuestras andanzas. En el caso de MHS1 no se puede negar, pese al subidón en resolución y las mejoras gráficas, su origen consolero portátil (implicaba un límite de potencia, claro), y nos toparemos con alguna textura flojilla, pese a lo compacto de los entornos. MHS2, por otra parte, luce fabulosamente, e incluso jugándolo en una Playstation 5, llega a asombrar por momentos. En esta entrega, los exteriores son más amplios y la distancia de dibujado permite admirar unos lejanos horizontes bien definidos. En ambos títulos será básica la exploración para encontrar y recolectar recursos (fundamentales en nuestras visitas a los pueblos), pero resultará muy sencillo discernirlos en el entorno.

«Ya se equivocaron otra vez los del tiempo con la previsión de meteorito XXL para hoy». Península del Yucatán, 65 Millones de años AC.

10. Extras y añadidos monstruosos. Nos dejamos en el tintero digital un montón de características presentes en esta colección. Desde las Monstruopedias donde admirar y estudiar cada criatura (seudojabalís, dinosaurios, cuasimamuts… hay de todas las formas y colores), interesantes modalidades multijugador, con arenas de combate para enfrentarnos a peña de todo el mundo o un asombroso modo museo. Este apartado incluye un visor de modelos, bocetos y diseños con valiosos datos sobre el desarrollo, y una magnífica gramola para escuchar cada corte de la banda sonora. Ojito (u «oidito»), porque cada tema va acompañado de las correspondientes explicaciones por los compositores, algo muy poco común… pero es que, si sois mínimamente melómanos y os agrada la música orquestal, todas las canciones presentes gozan de una calidad fascinante. Dejad que vuestros pabellones auditivos se rieguen por estas sinfonías, nos lo agradeceréis.

Representación gráfica y literal de pillarse un huevo.

Unas mecánicas jugables sencillas, de la mano de un nivel de dificultad bien ajustado y contenidos apropiados para usuarios de casi cualquier edad, convierten a este Monster Hunter Stories Collection en la puerta de entrada ideal a la saga clásica, o a los JRPGs en general. Un dos en uno que os encandilará durante meses, y que ya podéis pillar en la web de GAME o en cualquiera de sus tiendas físicas, para Playstation 4 (compatible con PS5). Nosotros vamos a seguir cabalgando unas horitas más… Arzuros ¡Te elijo a ti!