Imaginad que estáis a punto de zamparos una deliciosa pizza (¿acaso alguna no lo es? Obviando las de piña, vaya). Agarráis vuestro corta-pizzas alegremente, realizáis una partición equitativa, y al pillar la primera porción bajáis la mirada, precediendo al ñasco inicial, para exclamar: “¡Anda, menudo Pac-Man más chulo he dejado!” Estaríamos ante un claro caso de pareidolia… nope, porque hasta vuestro hermano pequeño, la mama y el yayo pillarán la referencia (y os mirarán con cierta resignación… no me ha pasado). Se trata del inmenso poder de un símbolo, un icono, un fenómeno cultural y universal, reconocible e identificable en cada rincón del planeta.
Desde los albores del videojuego, cuando la industria de los arcades acaba de arrancar y el mercado doméstico era nimio, Pac-Man estaba allí. Casi medio siglo después, y tras docenas de entregas de sus aventuras, no nos ha abandonado. La veteranía es un grado, y eso le ha permitido protagonizar juegos de infinidad de géneros a lo largo de los años. Vamos a contaros lo bien que le sentó su primera incursión en las plataformas tridimensionales, y cómo de disfrutable sigue siendo, a día de hoy, en las consolas actuales gracias a su remake. Adentrémonos en el laberinto con Pac-Man World Re-PAC, de Bandai Namco.
1. ¡Pero si es una fieeeshhta! El juego arranca con una adorable cinemática, donde veremos a la familia y allegados del Señor Pac-Man prepararle un fiestorro sorpresa de cumpleaños. Un pedazo pastel y muchas frutas están esperando a su llegada, pero de repente, el mal aparece: ¡es Toc-Man! (no, no se dedica a colocar objetos en ángulos rectos u ordenar compulsivamente cosas). Él y sus secuaces espectrales comienzan a secuestrar uno por uno a la… ¿Pac-family?
2. Nadie le toca sus bolitas amarillas. Nuestro protagonista llega y se encuentra el percal, y aunque no suele perder la sonrisa (tampoco se le notaría, no es un tipo de rasgos muy expresivos), ahora está muy enfadado. Su némesis y los fantasmas están a punto de conocer su venganza: Los buscará, los encontrará y los mat— comerá, pero no precisamente a besos. Mister P se embarcará en un viaje a Ghost-Island, para tratar de rescatar a Pac-Mom, Pac-Boy, Pac-Buddy y los demás (su sobrino Pac-Ito se libró por estar de Eramus).
3. Humor y amor amarillo. La historia del modo principal, como podéis imaginar, es sencilla pero directa y con encanto. Todo se desarrolla con pequeños vídeos y secuencias entre niveles, siempre buscando que se nos escape una sonrisa o carcajada. Tendremos que recorrer diversos mundos, seis en total, de diferente ambientación (piratona, espacial, minera, circense…) y divididos en varias fases. Y ojito, porque la última pantalla de cada escenario nos enfrentará a un rival de envergadura, que nos podrá mandar…
4. PAC-ASA de un guantazo. Varios serán los jefes finales con los que nos tendremos que zurrar. A diferencia de los enemigos que pululan por los niveles, los “final bosses” aguantarán varios envites, e irán cambiando de mecánicas según avance el combate y mermemos su barra de vida. Nos veremos las caras con barcos voladores, crustáceos orbitales, mecha-bots con malos humos y otros seres que, pese a su mala baba, resultan cómicos a más no poder.
5. Un Pac-ete de jugabilidad redonda. Ya hemos mencionado los bichos que pululan por el mundo del juego, pero no cómo encararlos. Pac-Man se mueve con elegante soltura por escenarios 3D pero de desarrollo bidimiensional (cámara fija de toda la life), y podrá saltar con un ataque de… uh.. ¿golpe de pompis? sobre pulsadores o sobre los malosos. Otras de sus habilidades son el acelerón y el lanzamiento de pastillas (¿deporte farmacéutico?). También podrá recoger potenciadores para hacerse enormemente amarillo, o metálicamente rechonchín.
6. Las pelotas no solo botan y rebotan. Nuestro esférico prota, aparte de aventurarse en niveles de avance lineal, mientras garrapiña sus clásicas frutas (y campanas, y llaves… ¿Paclepto-Man?), tendrá más retos. Deberá hallar la salida en laberintos, resolver algún puzzle básico y, si encuentra todos los coleccionables, apresurar los saltos en las fases de bonus. Y no queremos hacer ningún spoiler, pero quizás sea un fiera pilotando naves siderales (¿os suena Galaxian?) o un rápido y furioso conduciendo karts (¿os suena…? bueh, lo podéis suponer).
7. Brillo dorado en HD y 4Kilates. Pac-man World fue lanzado hace poco más de 20 años en la primera Playstation, y su apartado artístico ya destacaba para la época. Ahora, Re-pac llega como una revisión que ajusta lo poquito que fallaba en la entrega original, y le da una capa de chapa y pintura (amarilla, claro) bien gruesa. La carga poligonal ha aumentado lo justo y necesario, las texturas lucen al nivel de los juegos actuales, y todo posee un colorido que entra genialmente por los ojos, y dicho lo cual…
8. Pac-ualquiera (uf que forzado) sin importar la edad. No solo por el apartado visual estamos ante un juego que encantará a los más peques de la casa. Aunque la dificultad no llegue a cotas desesperantes en ningún momento, ni por asomo, al perder varias vidas seguidas se nos sugiere cambiar al “modo fácil”. Si optamos por dicha modalidad, Pac-Man se podrá sostener en el aire ,durante los saltos, indefinidamente; muchas áreas dejarán de ser un reto situando bloques en los acantilados y los jefes serán de mantequilla (que también es amarilla, ja ja…).
9. Los diamantes son para la eternidad, los clásicos también. Si el modo historia del juego os parece poco (que no, porque superarlo al 100% os dará para un montón de horas), iremos desbloqueando al avanzar en la campaña diferentes extras, y al finalizarla… THE PAC IS BACK. El juego original, el que revolucionó los salones recreativos hace décadas, podrá ser jugado en todo su esplendor. Una joya que ha de ser disfrutada por todas las generaciones de jugones, actuales y venideras.
10. Seguid el camino de pildoritas amarillas (Dorothy lo hubiese flipado. Literal) hacia vuestra tienda GAME más cercana si queréis pillaros el magnífico Pac-Man World Re-PAC, o haceros con él en su web. Lo encontraréis disponible para todas las consolas actuales. Si sois un poquito asiduos a los juegos plataformeros, su relación calidad/precio y el encanto de Pac-Man convertirán a este producto un indispensable de vuestra juegoteca. Os damos nuestra Pac-labra.