Empecemos fuerte: ¿Qué es arte? Y según cómo lo definiésemos (en la RAE tiene unas 87 acepciones) ¿Deberíamos considerar a los videojuegos como tal? Venga, que no vale lanzar el globo sonda y luego acobardarse: en nuestra humilde opinión, si el cine es considerado el séptimo arte, el ocio electrónico debería tener también su numerito en la clasificación. Ahora toca explayarse, va… Han sido infinitos los films que han tratado sobre infecciones chungas, pandemias globales y la supervivencia de nuestra especie, pero ninguno ha llegado a transmitir las sensaciones e intensidad que nos ofrece la saga The Last of Us, ¿acaso no se merece por lo tanto el mismo reconocimiento?
Ya que este texto intenta ser valiente (uf a tope, hoy me veo capaz de encender un mechero o mirar bajo la cama), vamos con otra cuestión que ha agitado las redes y removido sentimientos últimamente: ¿Se debe revisionar o reeditar una obra? Pues basta con echar un vistazo a cualquiera de las siet-och–¿nueve? artes para comprender que sí: en la industria musical, en la arquitectura o incluso en la escultura podremos hallar numerosos ejemplos. ¿Y con esto pretendemos justificar la existencia de The Last Of Us Parte I? Va a ser que no es necesario, pues una expresión artística no requiere excusa ninguna para existir… pero aquí nos ha apasionado tanto el juego de Sony, que os vamos a dar 10 motivos por los que no ha de faltar en vuestra colección.
- ¡Qué bello es vivir… siendo una inocente niñita! Tras un pequeño vídeo introductorio, empezamos el juego en la piel de Sarah, una dulce chiquilla que se levanta en plena noche (allá por el 2013) para descubrir que algo chungo está pasando. Exploraremos la casa buscando a nuestro papá, asustados por las noticias de disturbios y una infección misteriosa. Por suerte, entre el ajetreo de sirenas y explosiones, aparecerá nuestro progenitor, Joel. Su único propósito es protegernos: hay que escapar de la ciudad YA. El tío Tommy también se viene con nosotros en el coche. Por el camino, incendios, cadáveres, el caos absoluto; la gente sumida en una…
- …Psicosis colectiva. La locura y la paranoia pueden llevar a las personas a niveles de inhumanidad insospechados. No vamos a destriparos cómo finaliza la huida familiar… pero será de forma abrupta y desgarradora, pasando al panteón de las mejores intros jugables de la historia . Una elipsis de 20 años nos llevará a un desolador y plausible futuro, donde la plaga por el hongo (no, no se trata de un sabroso champiñón) Cordyceps ha mermado a la población mundial. Tomamos el control de Joel, que intenta subsistir en los nuevos guetos formados en EEUU, traficando clandestinamente. El último encargo traerá sorpresa en forma de adolescente de 14 añazos: Ellie. Una “mercancía” peculiar para sacar de la ciudad.
- Lo que el viento con las esporas se llevó… quizás lo podamos recuperar. Nuestro prota es un hombre taciturno, alicaído y pelín hosco (la alegría de la huerta, yo lo llamaría para salir de party hard) tras media vida de sufrimiento. Su nueva profesión de niñer—de escolta, mientras mantiene a salvo a la joven Ellie durante el largo trayecto que les espera, le ayudará poquito a poco a recobrar algunas facetas que ya daba por enterradas. La relación paternofilial que veremos desarrollarse a lo largo de toda la historia entre ellos es única; seremos testigos de cómo evolucionan sus personalidades y se forja un vínculo inquebrantable entre ellos, a pesar de ser más distintos que el sol y la luna (jum, mal ejemplo, que estos al menos son redonditos). Seres de ficción por los que sentiréis empatía como nunca antes en un juego.
4. Con la muerte en los talones… porque el riesgo será una constante durante nuestra partida. Nos hayamos ante un juego de acción y supervivencia en tercera persona, con pequeños toques roleros y de recolección. Nos moveremos por zonas delimitadas, pero que fomentan una exploración muy minuciosa, para buscar recursos, munición e incluso documentos con pistas. En cualquier rincón se puede hallar ese trocito de tela necesario para un buen cóctel (molotov, el daiquiri juraría que lleva cero tejidos), o el archivo con la combinación de una caja fuerte. El dinero y la riqueza de nada valen cuando la humanidad se ha ido al garete, los materiales más básicos y útiles son los que evitarán que caigamos ante el enemigo. Hablando de lo cual, olvidad ir pegando tiros a saco, aquí prima…
5. El silencio (de los corderos no, el nuestro, corcho). Aunque poco a poco iremos ampliando el arsenal, la munición escasea, y todos nuestros rivales podrán acabar con nosotros velozmente al menor descuido. Nada de motosierras de fantasía y bazookas de colorines para espachurrar 3000 zombies; el realismo absoluto nos acompaña en la bandolera en forma de pistolas, escopetas o rifles, y nuestros oponentes serán grupos, de infectados o maleantes, reducidos y extremadamente correosos. La mejor opción será el sigilo, ya que gracias a nuestra habilidad para resaltar los peligros cercanos, podremos analizar la mejor ruta para acercarnos sin hacer ruido y dar un agradable (y letal) masaje cervical a nuestra presa. O gastar una de nuestras valiosísimas dagas y que crearle un nueva cavidad respiratoria.
6. ¿Los gráficos? SEVEN (ja, ja, ¿lo pilláis?) sublimes. Desconocemos cuál será el techo técnico de la Playstation 5, pero con el apartado visual de The Last of Us Parte I, el listón se ha situado por las nubes. Los escenarios gozan de una variedad de localizaciones brutal, y el nivel de detalle es casi enfermizo. Visitaremos edificios reales y perfectamente recreados, frondosos bosques, calles desoladas pero con vestigios de un pasado mejor… De veras, os podréis quedar pasmados visitando tiendas de música con tropecientos vinilos y posters, iglesias con preciosas vidrieras, o viviendas totalmente diferenciadas con decoraciones únicas. Yo me he quedado tonto (más) analizando las colecciones de DVDs y libros que me topaba en las casas…
7. La Gran Revisión del hermoso juego Estadounidense (o un “American Beauty Game Remake”). Hemos intentado dejar claro que el producto de Naughty Dog entra por los ojos de maravilla, pero fijo que muchos os preguntáis si los cambios respecto a las versiones anteriores son suficientes. Poder disfrutar del título a 60 FPS con los nuevos incrementos visuales, o en gloriosos 4K de todos los retoques (mención a la increíble mejora en los rostros y animaciones) nos parecen motivos ya de sobra, pero los añadidos van mucho más allá: iluminación y efectos, modelados e Inteligencia Artificial, o una inmersión total con las funcionalidades del Dual Sense son unos pocos ejemplos. Hay más, muchos más… os animamos a descubrirlos por vosotros mismos.
8. Sonrisas y lágrimas, junto a diálogos y música, no pueden sonar mejor. Ojo (oído, más bien) al tremendo apartado acústico de este juego. El doblaje al castellano, con voces de actores muy reconocibles, es una delicia, y sirve de complemento indispensable para el progreso de la trama. Para la banda sonora del maestro Gustavo Santaolalla (dos Oscars de nah que ha ganado) nos quedamos sin palabras… inconmensurable. Melodías de aparente sencillez, pero impecable composición, que seguirán resonando en vuestra cabeza (no como los éxitos del verano, que no se olvidan despacito y sin depechar) tiempo después de finalizar el juego. Y ya que tratamos el tema…
9. 12 hombres sin piedad, 87 soldados desalmados, cientos de infectados descerebrados y chorrocientos peligros (números calculados por encima) os darán para multitud horas de enganche. La historia principal tiene una duración superior a la media del género, pero en The Last of Us Parte I también se incluye la expansión Left Behind como jugoso extra, que añade un buen puñado de horas. Este contenido aporta infinidad de información relevante para la historia principal, siendo un añadido impecable a disfrutar tras completar el juego principal. Oh, y manejaremos a la pizpireta Ellie en vez de al… escasamente dicharachero Joel, para más variedad.
10. Se Uno de los Nuestros, y no El Último de Nosotros en jugarlo. Es importante remarcar que este título está pensando para un público adulto y maduro. A parte del nivel de violencia explícito, se tratan temas morales, sociales y dilemas éticos de calado. Por suerte, dispone de numerosas ayudas para que cualquier tipo de jugador lo pueda disfrutar sin atascarse, como modos de dificultad (seleccionables en todo momento) que convierten los retos en tareas asequibles. Remarcables son también las opciones de accesibilidad para acercar el producto a todos los jugones, con selector para daltónicos, audio descriptivo, asistencia de navegación y mucho más.
Las bondades de The Last of Us Parte I son casi infinitas. ¿Es uno de los mejores juegos de la historia? Sin duda. ¿Posee más calidad artística que la mayoría de películas? Afirmativo. ¿Merece ser jugado aún habiendo pasado el original? Por supuestísimo. ¿Debo ir escopetado al GAME más cercando o entrar en su web para pillarlo? Estáis tardando, que además os llevareis un DLC exclusivo de regalo. Nosotros vamos a seguir, en estos Tiempos Modernos, disfrutando de ese Gladiador que es Joel Desencadenado.