Un tipo famoso al que le gustaban mucho las chuches y que salía por la tele (plasmas, mayormente) exclamó una vez «¡Viva el vino!». Una frase alegre y rotunda, pero que desde aquí queremos matizar recordando que el zumito de uva fermentado es tema de mayores; ya sabéis, siempre hay que beber con responsabilidad (salvo agua, que hidratarse es necesario). Aunque pocas cosas se hallan tan arraigadas en nuestras tierras como la cultura vinícola, va. Ya, ahora estaréis dudando de si habéis entrado en la Guía Michigrín y vamos a recomendaros un sitio con mazo de estrellas en vez de en un blog sobre videojuegos. Bueno, centrémonos y a explicarlo todo con lógica, que no estamos piripis.
En la industria del ocio electrónico, nuestro país cada vez despunta más con grandes proyectos, muchos de los cuales podrían ser catalogados como «indies» y eso que ya arrastramos un gran bagaje previo de tradición videojueguil (más reciente que la vinatera, claro). Ahora pensad en un producto que una ambas culturas y le añada una terrorífica capa jugable y obtendréis la saga Horror Tales. Creada por el maestro Carlos Coronado (@CarlosGameDev en X), publicado por los brillantes sumilleres de Jandusoft, y editado en físico por las expertas manos de Tesura Games llega a nuestras tiendas la última entrega en esta antología con The Beggar. Preparad el gaznate para un trago intenso…
- Intoxicación etílica global… o algo peor acontecido. El mundo de ficción que nos plantea este título abunda en rasgos distópicos, post-apocalípticos y mazo chungos en resumidas cuentas. Según parece, antaño, los viñedos de unas bodegas fueron infectados con un musgo metálico y las botellas resultantes acabaron llevando a la población a una pandemia. Siglos después y por un uso/abuso de estos caldos almacenados durante largo tiempo, la humanidad lo está pasando regulinchi, y hay una especie de criaturas bio-mecánicas que se están alzando (casi ni las vemos, pero dudamos que se parezcan a Chuache). A nosotros, nos tocará encarnar a un pobre mendigo que, tal vez, tenga en sus entrañas la salvación…
- Tempranillo y sin más tardar, en marcha. Somos un indigente enjaulado con cuyo cuerpo y mente se ha experimentado durante décadas, sometiéndolo a los efectos de una exposición prolongada al vino tóxico pero que al fin es libre. Un dron robótico reprogramado nos ayudará a escapar de nuestra celda y nos pedirá que le sigamos hasta un lejano laboratorio donde asegura que hallaremos una cura para nuestros delirios y enfermedades y quizás un remedio para la humanidad. Este metálico aliado nos guiará en nuestros primeros pasos tras fugarnos irá colocando ciber-misivas a modo de tutorial y nos facilitará comprender un pelín más lo que ocurre en esta surrealista y casi onírica historia.
- Sin ver doble y en primera persona. Horror Tales: The Beggar se desarrolla enteramente en cámara subjetiva a través de los ojos de nuestro malogrado protagonista, lo cual viene de fábula para favorecer los sustacos y la sensación de opresión. Los primeros pasos, que nos llevarán a visitar distintas estancias en un edificio derruido, servirán para hacernos a los clásicos controles en el género FPS, aunque aquí habrá cero armas (tajados, tal vez; violentos, lo justo). El manejo es bien sencillo, desplazándonos con el joystick izquierdo, mirando con el derecho y dejando un par de botones frontales para acciones básicas como saltar o agacharse, para atravesar algunos angostos pasajes. Pero la oscuridad a nuestro alrededor será rápidamente combatida con asombrosas capacidades…
- Alta graduación energética. Nuestras manos irán adquiriendo flipantes poderes en el transcurso de la aventura. Empezando por la iluminación telequinética, que las transformará en una especie de linterna con luz ultravioleta (de esa que hacía brillar los piños de Ross Geller) pasando a la levitación y atracción de objetos lejanos mediante la concentración con un simple gesto. También obtendremos habilidades más ofensivas como la capacidad de cargar cinéticamente elementos del escenario, para propulsarlos a continuación a velocidades extraordinarias. Esto vendrá de lujo para despejar caminos bloqueados, rompiendo obstáculos y hallar esa salida donde parecía no existir… o para lanzar un triciclo a cierto ser que nos querrá hacer pupita. Y es que por muy solitario que te sientas en el mundo, siempre puede aparecer alguien con quien discutir. A zambombazos.
- Mala uva… la que se gastará nuestra némesis, Morvin. Un humanoide de complexión fibrosa (fijo que se machaca a burpees de esos) y piel así como «Hulkense» que comenzará a acosarnos desde el inicio de nuestro periplo. Tal vez la criatura no sea más que una mera ilusión formada por nuestra resquebrajada mente, pero las tortas que nos arreará parecerán bien reales. El juego nos mantendrá en una tensión constante, pues no podremos prever cuándo aparecerá de sopetón, tocando combatir arrojándole cubos, barriles y cualquier cosa que pillemos, a la par que esquivamos sus envites. Oh, y también nos encontraremos con varios lobos de distinta envergadura… a nuestra discreción quedará si juguetear con ellos (qué daño puede hacerte un cachorrito, va), evitarlos (qué daño puede hacerte un cánido rabioso adulto, de afilados colmillos y 200 kilos) o hacer que alguien en PETA llore fuerte.
6 Tiempo de vendimia, cuando deseemos. En nuestras manos también descubriremos el control absoluto del tiempo, que ya lo quisieran en el campo. Al pulsar un solo botón intercambiaremos la franja horaria en la que nos encontremos, pasando casi instantáneamente del mediodía al atardecer o a la noche más absoluta. También alcanzaremos a dominar la climatología, pudiendo alternar entre un cielo despejado o cubriendo nuestro entorno de una densa niebla (ojocuidao, no aparezca un Cabeza-Pirámide) lluvia o intensas tormentas. Sí, es un poder que suena molón y luce aún mejor al desencadenarlo, pero en nuestro viaje no hay más que cadáveres putrefactos a los que vacilarles, mejor que tuviese un uso práctico…. como ayudar a atravesar el inhóspito desierto entre Barcelona y Australia. ¿Lo qué?
7 Denominación de Origen Global. Por una ventana rota, observas la Sagrada Familia y de golpe estás recorriendo las áridas arenas de las antípodas. ¿Demasiado empinar el codo? Pues en parte, sí. Los pecados y las acciones de la humanidad han llevado a que la tierra se haya fracturado quedando un desconcertante amalgama de vastos fragmentos de tierra conectados. Nuestras capacidades aumentadas vendrán pues de fábula, para situarnos inmediatamente bajo la tenue luz de la luna y que nuestra piel no sea achicharrada por el solazo del desierto a pleno día. Quizás atravesar un ardiente bosque, mientras es consumido por las llamas, no sea una tarea sencilla, pero unos repentinos nubarrones que hagan remitir el fuego, y arreglado. Pasaremos también por un tenebroso hospital ruso, una fábrica china abandonada, o un destrozado templo oriental. Buena variedad de ambientaciones.
8 Un Bouquet curioso. Siguiendo con la flipada de la terminología vinícola podríamos comentar que The Beggar posee un conjunto de aromas complejos pero bien entrelazados. Por una parte la oscuridad está muy presente en varias zonas, agobiándonos con solo atravesar estrechas galerías o ruinas que dan mal rollito y donde nos llevaremos algún sobresalto, así que «Juego de miedo» le encaja. Además el uso de las habilidades temporales para mover plataformas flotantes, exigiendo también aplicar la lógica para alternar la física del entorno de diversas formas, aporta una buena porción de «juego de puzles». Si añadimos el puñado de intensos combates contra el correoso Morvin, que pondrán a prueba nuestra habilidad y determinación en primera persona, se añaden taninos de «FPS» que dejan un equilibrado cuerpo al producto.
9 Una barrica robusta. Todo lo anterior se iría al traste si el recipiente donde se ha criado/creado el título no fuese resistente… pero el Unreal Engine 5 cumple con holgura. Los gráficos sustentados por el último motor de Epic resultan muy interesantes, sobre todo tratándose de un juego independiente (más aún, desarrollado por una sola persona). Una resolución suficientemente alta, texturas detalladas, una tasa de frames que se mantiene muy cercana a los 60 fotogramas por segundo durante casi toda la partida (hay alguna caída de fluidez puntual, eso sí) y sobre todo un magnífico sistema de iluminación dinámico (los cambios de ciclo día-noche flipan bastante) conforman este apartado técnico que aprueba notablemente. Oh, y no podemos dejar pasar la oportunidad de mencionar la banda sonora, compuesta por una música orquestal que aún solo escuchándose de forma esporádica resulta deliciosa.
10 Servir en lustrosa copa de bohemia… o mejor, meterlo en vuestras consolas según lo pilléis. El 12 de Julio se pone a la venta este Horror Tales: The Beggar para Playstation 5, y ya lo tenéis para reservar/comprar tras su lanzamiento en la web de GAME o en cualquiera de sus tiendas. Y atentos porque esta edición cuenta con carátula reversible, funda luminiscente (brilla en la oscuridad, como un Gusiluz) e incluye un código de descarga con la primera entrega de Horror Tales: The Wine. ¡Dos titulazos indies patrios por el precio de uno! Un buen trago de ciencia ficción, terror y rompecabezas que durará en vuestro gaznate-manos lo justo para dejaros un regusto de diversión excelente.