Ha pasado casi un mes desde que Donkey Kong Bananza salió a la venta. Después de Mario Kart World, es el siguiente gran lanzamiento que ha tenido Nintendo Switch 2, y después de habernos recorridos de cabo a rabo todos los estratos que nos permite visitar el juego, puedo confirmar que Donkey Kong Bananza va a ser uno de los grandes títulos de la consola que no te deberías perder. Y es que, como te voy a contar en las próximas líneas, es un juego al que no vas a poder parar de jugar en busca de todas sus bananas.
Donkey Kong is here
Hacía ya un tiempo que no veíamos a Donkey Kong en un entorno 3D. Sí, ha tenido varios juegos estos años, pero todos ellos mantenían la fórmula del plataformas de scroll lateral, con aventuras imprescindibles como Donkey Kong Country Returns, Donkey Kong: Tropical Freeze o incluso los extravagantes, pero divertidos Donkey Konga y Donkey Kong: Jungle Beat de GameCube. Su única incursión en la libertad de movimiento más allá de la izquierda y la derecha se remonta a Nintendo 64 y el mítico Donkey Kong 64, así que 27 añitos han tenido que pasar hasta poder mover a nuestro gorila favorito por doquier.
Manteniendo aún la estructura de plataformas, Donkey Kong Bananza nos trasladará a un escenario hasta ahora desconocido: el mundo subterráneo. Durante una excursión en busca de gemas de banandio, la malvada Void Company intentará arrebatar todo su poder y se las llevará a los estratos más profundos del mundo: será nuestra misión descender por ellos hasta restaurar el orden… y, por supuesto, recuperar las gemas de banandio con fines para nada golosos.
Cada estrato del mundo subterráneo funcionará como un nuevo nivel o mundo, con sus biomas correspondientes: que si desierto, que si bosque, que si nieve… Todo tipo de escenarios que nos retarán a investigarlos a fondo para recuperar gemas de banandio, fósiles (que nos servirán para intercambiarlos por potenciadores en forma de conjuntos) y pararle los pies a la Void Company y sus esbirros.
Los problemas no se solucionan a golpes… ¿o sí?
No es que quiera hacer apología de la violencia, pero en Donkey Kong Bananza no nos quedará otra que abrirnos camino a puñetazo limpio: nuestro colega el Bananas se valdrá de su poderosa fuerza para cargarse todo lo que pille por delante, sea una roca, un enemigo… o una enorme pared aparentemente inocente, pero que esconde gemas de banandio o incluso niveles ocultos en sus interiores.
La mecánica de destrucción es clave en Donkey Kong Bananza para abrirnos camino, y es una habilidad que tendremos que ir mejorando a lo largo del juego para conseguir más y más gemas de banandio. Al principio, no será demasiado complicado encontrarlas, pero según bajamos de estrato la dureza de las piedras será mayor, los enemigos más complicados de derrotar y los acertijos más complejos de resolver. No llegarán a ser excesivamente complicados, pero sí tendremos que estar atentos a ir mejorando las habilidades de DK, algo que conseguiremos conforme más gemas de banandio recopilemos.
Por supuesto, también tendremos que pegarle algún que otro porrazo a los enemigos de la Void Company: los combates de jefe que nos iremos encontrando según avance la partida también irán aumentando en dificultad. Una vez más, no serán excesivamente complicados, pero sí que cada vez deberemos tener más cuidado de no perder todos nuestros corazones en el intento.
Pauline, la compañera 360: aconseja, canta y suelta chascarrillos
En nuestras andanzas por el mundo subterráneo no estaremos solo, si no que contaremos con una pequeña pero resultona cantante: se trata de Pauline, cuya infancia en esta entrega resulta algo confusa respecto a la línea temporal de los juegos de Donkey Kong (aunque puede que haya alguna explicación a lo largo del juego, yo lo dejo ahí), pero que pronto hará migas con nuestro monazo para acompañarlo en su aventura.
La habilidad principal de Pauline es cantar. Que sí, te estarás preguntando, “¿y esto qué aporta exactamente más allá de un trasfondo musical?”. Pues resulta que el canto de Pauline tiene utilidades tan importantes como guiarnos en nuestro camino si estamos perdidos o, incluso, puede ayudar a desbloquear sellos que la Void Company ha colocado a lo largo de los mundos con el fin de molestar. Pero, ¡qué demonios! También nos proporciona unos auténticos temarracos durante las transformaciones de DK en sus distintas formas Bananza, lo cual se agradece y te dan ganas de bailar con tu consola (te recordamos que los imanes de los Joy-con 2 son tan fuertes que no se te escapará la consola, no te preocupes).
Porque sí, Donkey Kong se transforma en este juego: y es que a lo largo de los mundos vas a encontrarte a unos ancestros DJ de las diferentes criaturas que habitan estos mundos que te proporcionarán el poder necesario para transformarte en criaturas superpoderosas. Algunas de ellas son la Bananza Kong (te da superfuerza), la Bananza Cebra (te da supervelocidad) o la Bananza Avestruz (te permite planear), y cada una de ellas tiene un temazo exclusivo cantado a todo trapo por Pauline. Estos poderes serán extremadamente útiles para avanzar en los niveles y acabar con los jefes, por los que tendrás que recurrir a ellos más de una vez para poder avanzar (o incluso ponerte las cosas mucho más fáciles de lo que pensarías).
El plátano es felicidad, diversión y regocijo
Podría contarte muchos más detalles sobre mecánicas, opciones y diferentes aspectos que tiene el juego, pero creo que es mucho más divertido que los descubras por ti mismo. Porque, de verdad: Donkey Kong Bananza es uno de esos juegos que no pueden faltar en tu colección de Nintendo Switch 2. La diversión se encuentra en cada rincón que explores del juego: sea cargándote medio mundo para encontrar todas las gemas de banandio posible, intentando descifrar sus puzles y forma de conseguir llegar hasta la otra punta del recorrido o incluso con las simpaticonas cara que pone DK a lo largo de la aventura, vas a disfrutar de este juegazo de plataformas que trae de vuelta a uno de los personajes más icónicos de Nintendo.
Donkey Kong Bananza es de esos juegos que engancha: una vez que empieces o retomes tu partida, te va a costar mucho parar de jugar de lo entretenido que es. Estés siguiendo la historia o te apetezca desviarte un poco para explorar, es de esos juegos que te pide que te pierdas un poco en su mundo y desconectes con el único fin de conseguir más y más plátanos (algo a lo que deberíamos aspirar así, en general. Que tienen potasio) y pasar un gran rato con la consola.
Así que no te lo pienses más y hazte ya con Donkey Kong Bananza en GAME. Y como diría Donkey Kong:
¡Oh, banana!