¡Me ha robado el corazón! Una expresión que puede que muchos de vosotros hayáis oído alguna vez. Seguramente en cualquier canción de amor que escuchábamos para sentirnos aún peor porque aquella persona decidió no salir con nosotros. Mal de amores hemos tenido todos… y el que diga que no, está mintiendo. Hoy vengo a hablaros precisamente de eso. No de parejas que pudieron ser y nunca fueron, sino de dragones gigantes que te arrancan el corazón del pecho con la uña de su garra. Todo muy normal y nada extraño. Tenemos ante nosotros a uno de los juegos de este 2024 como es Dragon’s Dogma II.
¡Bienvenido, Arisen!
¿Qué es Dragon’s Dogma II?
El nuevo título de Capcom ya llegó. Una ambiciosa segunda entrega de uno de sus juegos menos conocidos. Por si alguno no lo tenía en el radar, Dragon’s Dogma nos lleva a un mundo de fantasía medieval con grifos, trolls y, evidentemente, dragones. Un RPG de acción, de mundo abierto, en tercera persona. Puede que, a simple vista, muchos de vosotros penséis que se trata de un juego tipo Skyrim o The Witcher. Ya os adelanto que, aparte de la ambientación y la «época», no tienen nada que ver.
La trama es sencilla: parece ser que somos el nuevo Arisen (por no enrollarme mucho, el ELEGIDO), pero solo puede haber uno y resulta que, en el trono del reino, ya hay alguien que ostenta ese título. Nuestra misión principal será la de demostrar y desenmascarar al impostor. ¿O somos nosotros los que mentimos?
Creación de personaje
Si algo aprendimos de «Los Sims» es que hay un universo inmenso de creación y edición. Tanto de personajes como de infraestructuras. Nos podíamos pasar horas haciendo a nuestra familia feliz, para más tarde perder otro valioso tiempo en construir la casa de nuestros sueños. Admitámoslo, nadie acababa jugando después.
Dragon’s Dogma II nos ofrece un editor de personajes absolutamente increíble. Puede que no con tantos objetos y opciones como el título de Electronic Arts, pero sí con un realismo apabullante. Capcom ya nos dejó, días antes del lanzamiento, trastear de forma gratuita por estos menús para así poder ir avanzando faena antes de la salida del juego. Y todos vimos el resultado: internet se llenó de ejemplos y memes maravillosos, donde pudimos ver a un Pikachu un tanto extraño, Gandalf, Geralt de Rivia e incluso personajes famosos, como Timothée Chalamet o Pablo Motos.
Pero lo mejor no es eso. Si queremos y tenemos paciencia suficiente, podremos hacernos a nosotros mismos casi al dedillo. Es alucinante como Capcom ha conseguido hacer su magia para, por fin, tener un personaje idéntico a nosotros corriendo por los mundos de Dragon’s Dogma. Puede que a algunos os de pereza todo este apartado y queráis empezar la aventura lo antes posible, pero os aconsejo que le dediquéis todo el tiempo del mundo. El resultado merece la pena.
Vocaciones
Dragon’s Dogma cuenta con un total de 10 clases diferentes por escoger. Al inicio del juego solo nos dejarán ser luchador, arquero, ladrón o mago. Cada una de ellas muy diferente a las otras. Eso nos permite tener una experiencia de juego muy variada y que se adapte mejor a nuestro estilo de combate.
Más adelante, podremos cambiar de vocación pasando por guerrero, hechicero, arquero mágico, duelista místico, ilusionista o adalid. En mi opinión, no hay una que sea mejor que la otra, pero sí que estas últimas las he visto más completas que las iniciales. En mi caso empecé como arquero y el paso lógico fue cambiarme a arquero mágico, pero creo que lo mejor que podéis hacer es probarlas todas.
Combate alucinante
Es pura acción. Seas de la vocación que seas es un gozo y un disfrute enfrentarte a los enemigos. El movimiento es fluido, tiene ritmo y bastante de estrategia. Por supuesto, un guerrero tendrá que ir delante, mientras que los arqueros irán en retaguardia. La infinidad de combos y acciones que se pueden realizar conforme desbloqueamos nuevas habilidades es increíble.
Además, dependiendo de dónde nos encontremos y contra qué estemos luchando todo será diferente, ya que el entorno podrá ayudarnos o bien perjudicarnos. Una presa bloqueada por piedras puede hacer que se lleve rio abajo a un troll si jugamos bien nuestras cartas, al igual que provocar un derrumbamiento a veces nos sacará de situaciones difíciles, os lo digo por experiencia. Eso sí, tened cuidado de no morir en el intento.
Exploración pura y dura
Los mundos abiertos son algo que, desde hace varios años, están a la orden del día. Inmensos terrenos llenos de cosas por hacer, personajes que conocer y aventuras que vivir. Dragon’s Dogma II va mucho más allá que el resto.
Nos encontramos delante de un sandbox el cual nos maltratará y nos las hará pasar canutas para llegar a los sitios. Y todo eso es porque no tendremos ayuda. Me explico: normalmente, en este tipo de género, para orientarnos y tomar el camino correcto siempre disponemos de varios «gadgets» para hacerlo, ya sea una brújula, abriendo el mapa para ver el camino y a veces el propio juego hasta nos marca cuánta distancia nos queda por recorrer. Puede que lo más alucinante que vimos, a nivel de innovación, fuera el tener que seguir el viento para llegar a nuestra meta en Ghost of Tsushima.
En este viaje seremos nosotros quien decidirá cuál es el camino. La ruta por seguir será decisión nuestra y, evidentemente, podremos equivocarnos. Además, el mapa se irá actualizando en tiempo real conforme pasemos por los lugares. Desconoceremos si hay casas, pueblos o puntos de descanso más adelante o si nos estamos metiendo de lleno en la guarida de algún enemigo poderoso.
Peones (y no los del ajedrez)
Como ya vimos en la primera entrega, el juego nos da a un montón de peones: personajes controlados por la inteligencia artificial que nos ayudarán en nuestras tareas. Pensad en ellos como si fueran otros jugadores en línea, pero sin tener que aguantar las chorradas de nadie porque alguien le ha robado el «loot» que encontró en cierto cofre que brillaba y hacía ruido. Ahora en serio: ¿quién necesita dos escopetas?
Tendremos a un peón principal, que podremos crear como queramos y dos más que encontraremos en el camino, haciendo un equipo de cuatro. Todos ellos actuarán por libre en el combate, a excepción de que tendremos unos comandos para darles pequeñas ordenes básicas.
Tanto nuestro personaje como el peón principal que creamos podrán ir subiendo de nivel a través de la experiencia en la lucha, mientras que los otros dos tendremos que ir despidiéndolos y contratando a otros que se encuentren en mejor estado de forma.
Es curioso porque interaccionan y no solo con nosotros, también entre ellos y con el mundo que les rodea. Si te dejas algún cofre por abrir, ellos lo harán por ti; si ven algún objeto que recolectar y pasamos de largo, también lo recogerán. Pero lo más maravilloso de todo es que, si uno de los integrantes de nuestro equipo ha pasado por esa zona que estamos a punto de cruzar en el pasado, nos advertirá de los peligros que hay más adelante. Esto ha hecho que me explotara la cabeza. Me parece un recurso narrativo como ningún otro.
Cuidad bien de ellos, al igual que de todos los NPC’s y no dejéis que mueran, pues lo que muere en Dragon’s Dogma permanece muerto para siempre… A no ser que utilicéis una piedra del despertar antes del entierro, entonces no hay problema.
Ciudades enormes por explorar
Como buen juego de rol ambientado en el medievo, no podían faltar las grandes ciudades llenas de sitios y personajes que conocer. En ellas encontraremos casi todo lo que necesitamos: tendremos tabernas donde invitar a rondas, diferentes tiendas especializadas en las que podremos comprar y vender nuestro producto y también mejorarlo. Lugares donde podremos cambiar nuestra profesión, burdeles y un montón de sitios más.
Aparte, tendremos opción de interactuar con toda persona que haya por allí, que no es poca. Algunos simplemente te contarán cosas anecdóticas de la ciudad o de su vida, pero otros nos darán información que puede sernos valiosa o alguna que otra misión secundaria que podremos completar, si nos damos prisa.
Misiones secundarias a contrarreloj
Y ya para acabar con este pequeño análisis me gustaría comentar otro punto más que me ha parecido sublime, aunque puede ser frustrante. Las misiones secundarias como buenos encargos que son contarán con un tiempo concreto de resolución. Tiene todo el sentido del mundo puesto que, normalmente, en los videojuegos de este tipo te permiten hacer todo en el momento que nos vaya mejor a nosotros. Dragon’s Dogma II no lo permite. Así que sed raudos en según qué tareas, ya que, si tardáis mucho, puede que no podáis completarla porque ese personaje o ese objeto que buscabais ya no se encuentre donde debería estar.
Llevamos unos años donde Capcom está haciendo las cosas estupendamente bien: Resident Evil, Devil May Cry 5, Street Fighter VI, Monster Hunter… y ahora nos deleita con otra gran obra. Solo quiero añadir que este Dragon’s Dogma II, como habréis intuido por la review, no es para todo el mundo. Puede que penséis más en un juego “típico” de mundo abierto al uso y no lo es. Al menos, no como lo hemos concebido estos últimos tiempos. Una vez sepáis donde os metéis y tengáis claro lo que os vais a encontrar, disfrutareis muchísimo de este videojuego.
Lo tenemos disponible para consolas de PlayStation 5 y Xbox Series X en cualquiera de nuestras tiendas GAME o en nuestra página web. ¡A disfrutarlo!