Un maravilloso film de animación nos enseñó hace ya unas décadas que «cualquiera puede cocinar». Su parisina rata protagonista brindó una valiosa lección (realmente fueron dos; la otra es que se puede controlar a la gente tirándole del pelo) demostrando que, con el delantal puesto y frente a una cazuela, dará igual de dónde provengas, algo podrás crear – de calidad variable, eso sí- con un puñado de ingredientes… Otra cosa muy distinta será si como elementos cocinables usas madera, metales, gemas, rocas o recuerdos. Ahí el tema ya se le escaparía hasta al chef humano (o ratonesco) más prodigioso, quedando la tarea solo al alcance de los alquimistas.

Mi cara de satisfacción tras conseguir que no se me queme/pegue el arroz.
Vale, igual lo de mezclar con pericia sustancias tan aleatorias tenga poco que ver con la alta cocina o el papeo en un buen restaurante, pero sí mucho con los videojuegos. Y es que en la franquicia Atelier, desarrollada por Gust, la alquimia siempre ha sido primordial desde su primera iteración, hace ya casi 30 añazos. Sus protas suelen dominar la síntesis elemental como recurso básico para avanzar en sus aventuras, y no podía ser menos en la nueva entrega de la saga… Eso sí, dejad a un lado los clásicos calderos mágicos, aquí hay mucha innovación y cambios (todos para bien). De la mano de PLAION nos llega este Atelier Yumia: la alquimista de los recuerdos y la tierra imaginada – título bien compacto- y toca contaros sus bondades.
Yumia Craft, aventurera en prácticas
Tras elegir nivel de dificultad, tocará completar un escueto tutorial; cortito porque realmente solo enseña cuatro nociones básicas en un simple nivel lineal… Al terminarlo y tras una elipsis temporal, nos soltarán en el inmenso mundo abierto, donde incluso pasadas muchas horas, aún estaremos aprendiendo nuevas mecánicas. Encarnaremos a Yumia, una joven pizpireta que está comenzando su carrera como alquimista, siguiendo los pasos de su desaparecida madre. Sí, la chavala es alegre y jovial, pero en su pasado cercano -y en el de gran parte de la población- ocurrió un suceso traumático…

¿La palabra «voluptuosidad» os dice algo? Es sinónimo de «problemón de cervicales».
No hace mucho, el continente se sumió en el caos y la destrucción: un misterioso cataclismo donde la mami de Yumia se sacrificó para que la explosión de energías mágicas no se expandiese, llevándose por delante a más gente. Ahora, nosotros queremos averiguar qué desencadenó aquel terrible acontecimiento, comprendiendo los secretos de la profesión de nuestra progenitora. La aventura arrancará al unirnos a un grupo de investigación… pero tal vez no seamos bien recibidos, pues el gentío relaciona ahora las prácticas alquímicas con cosas chungas, estando casi prohibidas. Nos tocará mostrarles tal equivocación mientras nos ganamos su respeto, y mejoramos a la vez en nuestra vocación laboral, va.
El argumento es sencillito, sin retorcidos giros de guion o personajes con infinidad de capas, pero engancha por su facilidad para entenderlo y seguirlo. Además, al ser un nuevo inicio de una sub-saga de Atelier, la historia es totalmente nueva, no haciendo falta para pillarla conocer nada de la licencia (aunque, si queréis saber más, en este texto ya tratamos sobre la entrega anterior). Lo que sí tiene en común con todos los títulos anteriores, es su tono ligero y desenfadado en la mayoría de los diálogos y situaciones -aunque no faltará cierto componente de vendetta por la tragedia-, un humor inocente o el buen rollo transmitido casi a cada paso. Dicho lo cual, daréis muuuuchos pasos…

La raza de los Albers: encantadores, cuquis, achuchables… no me esperaría menos con ese nombre, claro.
Yumiadora la Expoloradora
Aunque a nivel de ciertas mecánicas estamos ante una fantástica mezcolanza de ARPG con JPRG (luego explicamos cómo se come eso), la base principal del juego es, como en la serie esa de la nena acompañada de un monete, la exploración y el aprendizaje. Nos tocará recolectar, descubrir ubicaciones, hablar con habitantes, combatir, e incluso resolver pequeños acertijos a lo largo y ancho de un vasto mundo, totalmente continuo y abierto (a diferencia de otras entregas de la saga, donde las zonas se interconectaban o separaban por tiempos de carga). Atravesaremos bosques, praderas, cuevas, simas, montañas… pudiendo usar nuestra imaginación o habilidad al mando para ir saltando y rebotando por zonas aparentemente inaccesibles.

Este es Flammi, nuestro asistente autómata. Pese a lo que pueda sugerir su fisonomía, no sirve como cachimb—
Aunque el juego nos marcará las distintas misiones desbloqueadas en el mapa (y habrá muchas), la apabullante cantidad de simbolitos de interrogación desperdigados por él nos incitará a indagar y desviarnos del camino «principal» a menudo para desvelarlos: santuarios, torres, zonas de caza o pesca, puntos de teletransporte, yacimientos… lo importante no será el destino, sino el camino recorrido, a lo largo del cual, mientras liberamos áreas vinculadas de maná, nos embriagará cierto «aliento de lo salvaje», COF. Casi cada acción realizada o descubrimiento otorgará puntos de experiencia y de de habilidad; unos para subir de nivel y los otros, para mejorar el extenso árbol de destrezas.
Full Metal -y mucho más- Alchemist
Los aspectos roleros del título, como Atelier que es, son multitud, más allá de aumentar estadísticas de salud, ataque y personalización… pero lo que no podría faltar es la síntesis química. Esta alquimia se basa en fabricar herramientas canalizando recuerdos y mezclando mogollón de elementos. Según vayamos encontrando «memorias encapsuladas» por las regiones del este inmenso mundo virtual, desbloquearemos distintas recetas: armas, equipación, objetos y un sinfín de utensilios más. Nos vendrá de lujo ser meticulosos rebuscando bien por el mapeado para conseguir materiales de calidad, recolectando entre piedras y plantas, o abriendo cofres.

Encatador cottage en plena sierra. Incluye peligrosas herramientas y materiales altamente volátiles.
Llegado el momento de ponerse a sintetizar, el asunto es más accesible que en entregas anteriores. Empezado porque todo está en perfecto castellano, lo cual supone una mejora del copón. La multitud de guías explicativas traducidas ayudarán a que todo sea menos engorroso. El sistema alquímico es complejo, pudiendo dedicarle cantidad de horas si nos engancha, para así obtener los mejores resultados y calidades… pero si se nos hace bola, no hay problema: en pocos segundos lograremos una síntesis con el modo automático, dejando más tiempo para dedicar a otras partes jugables, como por ejemplo, los combates tras entablar contacto con los enemigos.
Cuesta un pelín explicar los enfrentamientos en Atelier Yumia sin verlos. Se trata de una exótica mezcla entre turnos dinámicos y tiempo real. Podremos alternar el control entre los miembros que tengamos en el frente de nuestro grupo (sí, la prota no estará nunca sola) y golpear a los enemigos, casi constantemente, mediante las habilidades únicas. Estas tienen breves periodos de reutilización, pero afortunadamente habrá que esperar bien poquito para usarlas, pues se podrán realizar combos que acortarán su «enfriamiento». También podremos aplicar técnicas de equipo, contraataques, o movernos de forma libre para esquivar. El amplio conjunto de oponentes estará formado por fauna y criaturas fantásticas de todo tipo, incluidos correosos e imponentes jefes finales.

Patadas espartanas contra dinosaurios… la solución crossover para cierto parque jurásico.
Si lo construyes, vendrán… y mejorarán
No parafraseamos el peliculote Campo de Sueños alegremente (bueh, un poco, sí), lo hacemos porque en este juego la construcción tiene un estimable valor. Inicialmente solo dispondremos de nuestro taller/atelier de alquimia como base de operaciones, mas según avancemos desbloquearemos campamentos y multitud de zonas edificables. Ojo, no solo levantaremos sencillas chozas, podremos incluso erigir diferentes inmuebles como almacenes o invernaderos, con variopintas funciones, claro.
El menú de construir es muy intuitivo, y le daremos más usos según vayamos obteniendo planos para nuevas obras. Algunas serán esenciales para mejorar nuestro equipamiento o supervivencia, como generadores donde recargar energía (vital para no morirse rápido y esas cosas) o bancos de trabajo, y otras serán meramente estéticas. Si os mola la decoración de casas e interiores, vais a flipar con el abanico de ornamentos y materiales que pone el juego a nuestro alcance: paredes o tejados de todo tipo, pórticos, jardines, lámparas, alfombras… Ciertos gemelos de la tele lo gozarían tomando este juego como referencia para sus reformas, fijísimo.

Más variedad que un catálogo de muebles suecos…
Podríamos tirarnos otros 87 párrafos contando más cositas sobre este Atelier Yumia: la alquimista de los recuerdos y la tierra imaginada, como su precioso y colorido acabado gráfico o el encantador apartado musical… pero no es cuestión de robaros tiempo de disfrute con el juego. Un título de rol y exploración, con un fluido e innovador sistema combate, y por primera vez en la saga, totalmente traducido, que os brindará decenas de horas de diversión. Disponible en edición física para PlayStation 4, PlayStation 5 y Xbox Series X, os podéis hacer con él en la web de GAME o en cualquiera de las tiendas de la cadena. ¡Toca dejar a los hermanos Elric como meros aficionados en alquimia!

«Te voy a llevar al altar» significa aquí que te pueden combinar para hacer un cóctel, nada de anillos y besos…