Normalmente, volver a un sitio en el que ya hemos estado con anterioridad nos produce un sentimiento de alegría e ilusión. Ya sea un parque de atracciones, un destino turístico al otro lado del mundo en el que hayamos pasado las vacaciones o incluso una escape room en un hotel en medio del bosque, donde tu única misión es resolver acertijos mientras te persiguen payasos, abuelas en sillas de ruedas y niñas gritonas.
Porque sí, amigos, de eso vengo a hablaros hoy. No de mi experiencia con el terror en la vida real, sino de una virtual que nos hará sentir como si estuviéramos allí metidos. Un sitio donde, abrir cualquier puerta random puede significar la muerte… o peor aún, un buen susto.
Desarrollado por Nox Noctis Studio, publicitado por Unreality y, cómo no, distribuida por nuestra queridísima Tesura Games, os presento OVRDARK.
¡Bienvenidos, otra vez, a la mansión del horror!
La saga Do Not Open
Antes de empezar vamos a aclarar una cosa: aunque no lo parezca, Ovrdark es una secuela directa de Do Not Open, un juego de terror que se lanzó hace un par de años (2022). En esta segunda entrega le añadieron algo muy interesante y mucho más inmersivo para un título de este género: la realidad virtual. Esto también hace que el nivel de nerviosismo y tensión aumente de manera exponencial, ya que no es lo mismo jugar a un juego de miedo que estar dentro de uno.
Mucho que temer
Nos meteremos en la piel de George, un investigador que busca desesperadamente a su colega Mike tras todo lo acontecido en Do Not Open. Contaremos solo con nuestro ingenio, valentía (en mi caso, más bien poca) y una linterna que llevaremos colgada al cinto. Este será un objeto muy útil, ya que habrá zonas oscuras en varios momentos.
El juego consiste, principalmente, en explorar la mansión e ir descubriendo sus secretos. Dispondremos de varios rompecabezas que tendremos que solucionar para seguir avanzando y llegar al fondo de la cuestión.
Es el clásico juego donde nos encontraremos puertas cerradas, objetos a los que les falta algo y estanterías incompletas a simple vista. Para que os hagáis una idea más concreta, algo parecido a los Resident Evil.
La gran mayoría son bastante sencillos de completar. El problema o la dificultad viene cuando tienes que estar atento y casi en tensión permanente, porque no sabes cuando algo te puede asustar. Ya no es solo la oscuridad o el terror al doblar cada esquina, sino también el ruido. Se oyen pasos, madera crujir en sitios aleatorios aparentemente y eso hace que volteemos la cabeza con la impresión de que hay algo detrás de nosotros.
Beber o fumar… Tú decides
OVRDARK cuenta con un acabado de detalle bastante bueno. Podremos hacer casi cualquier cosa con los objetos que el juego nos permita coger, como por ejemplo jugar una partida de billar, aunque ya os aviso que la precisión no será la mejor del mundo.
Aparte de la linterna, tendremos un menú donde almacenar objetos importantes y que tendremos que abrir para volverlos a coger una vez los necesitemos. Por otro lado, nos iremos encontrando botellas de algo parecido al «Monster»: si nos las tomamos (tendremos que hacer el gesto de bebérnosla), nuestra stamina subirá. De igual manera, si hacemos una calada a cualquiera de los cigarros encendidos de la casa, nuestra resistencia bajará. Algo que tiene todo el sentido del mundo y que nos será de gran ayuda para no cansarnos tanto en los tramos en los que tengamos que huir.
El título no nos permite atacar a nuestro enemigo. No dispondremos de ningún tipo de arma de fuego u objeto contundente. Solo nos quedará el escondernos y, sobre todo, correr. Nunca miréis atrás.
Un montón de referencias
OVRDARK cuenta con varios «easter eggs» relacionados con el cine: nada más empezar, podremos coger un hacha del cobertizo y nos saltará el trofeo llamado «Here`s Jhonny», una referencia, clarísima, a la película «El Resplandor». También encontraremos una pequeña colección de VHS, donde hay films como Hacktrix (con un señor con gafas de sol, gabardina y una pastilla roja o azul en cada mano) o Spacial Soldiers, con la recreación de portada de Starship Troopers. Unos detalles que me han arrancado una sonrisa entre tanto horror.
Y así como en Resident Evil guardábamos la partida en máquinas de escribir, en este título haremos lo mismo, pero con cintas de casete y equipos de música de la época.
Juego corto, pero intenso
OVRDARK me ha parecido un buen juego de miedo. Aunque el terror se disipa conforme vas avanzando: no porque deje de asustar, sino porque ya estás más curtido al llevar un tiempo dentro de la experiencia. Digamos que al principio abres cada puerta con sumo cuidado y al final ya las echas abajo de un empujón confiado.
No dura más de lo necesario, ya que en poco menos de 5-6 horas lo tendremos finiquitado. Aunque, si sois completistas como yo, casi seguro que tendréis que rejugarlo para sacar todos los trofeos.
El título muestra algún que otro fallo, sobre todo a la hora de coger los objetos e interactuar con ellos. Nada grave la verdad, pero en mi caso, me he vuelto loco a la hora de coger la linterna del cinturón, ya que cada vez que miraba para abajo la tenía en un punto diferente de la cintura. Como digo, nada que haya empañado la buena experiencia de juego.
OVRDARK + Do Not Open
Para los que os estáis preguntando si hace falta haber jugado a Do Not Open antes de echarle el guante a Ovrdark, os tengo que decir que no es necesario. Evidentemente, todo pasa en el mismo lugar y veréis sitios y zonas reconocibles. Aparte que Mike, el amigo que estamos buscando, es el protagonista de la primera entrega.
Quitando esos detalles, se puede jugar tranquilamente (lo de tranquilamente es una expresión, preparaos para pasar miedo). Pero, la verdad, es que tenemos una buena noticia para vosotros, porque si os hacéis con la edición en físico de OVRDARK, se os incluirá un código digital para poder descargaros Do Not Open. Un 2×1 de terror alucinante.
Por supuesto, os podéis hacer con él en cualquiera de nuestras tiendas GAME o página web para PlayStation VR2. No nos hacemos responsables de las taquicardias ni de las pesadillas que vayáis a tener después de esto.