Antes de que empecéis a arquear la ceja, sí, ya sabemos que este título de The Game Kitchen salió hace ya bastante tiempo. Pero como nunca es tarde si la dicha es buena (y en este caso, es simplemente excelente), hemos decidido analizar este gran juego patrio. Así que rezad lo que sepáis, porque os vamos a contar lo que nos ha parecido Blasphemous II.
Un enorme “metroidvania”
Pese a que hay gran parte de gente a la que este concepto les rechina bastante, hay que admitir que es el que mejor define el concepto de estos juegos: plataformas en 2D que transcurren en un mapa enorme y en el que, una vez consigamos un poder o movimiento nuevo, lograremos acceso a una zona a la que antes no teníamos acceso. Pero es mucho más fácil decir “metroidvania”, no nos engañemos.
Blasphemous II es esto, muy resumidamente, claro. Porque Blasphemous II es de todo menos simple: en este juego, tomaremos de nuevo el control del penitente, un ser que tendrá como objetivo acabar con las despiadadas criaturas que quieren arrasar con su mundo y, ya de paso, parar el nacimiento de un nuevo milagro que se está formando en el interior de un corazón enorme situado en lo alto de la ciudad. Pues, como os decía, de todo, menos sencillo.

Nos vamos a encontrar una variedad tremenda de enemigos.
Al comienzo del título, deberemos elegir entre tres armas completamente diferenciadas: una equilibrada espada, dos rápidas espadas más pequeñas o un incensario pesado y contundente, aunque más lento, eso sí. Pero no debéis preocuparos por vuestra elección, ya que más adelante terminaremos desbloqueando las otras dos armas, permitiéndonos poder cambiar entre ellas utilizando un solo botón. Solo esto ya nos da una pista de que estamos ante una gran evolución respecto al anterior título.
En cuanto al combate, también me he visto gratamente sorprendido, ya que nuestro querido penitente ha vuelto mucho más rápido y ágil, teniendo como resultado un combate mucho más dinámico a diferencia de su predecesor que nos obligaba a calcular mucho más nuestros ataques.
También apreciaremos un aumento en la variedad de enemigos, cada uno de ellos con sus propias mecánicas de ataque, además de que su número en cada zona ha aumentado, lo que se traduce en mucho más combate, más ágil y, por lo tanto, más orgánico y divertido. Y si a esto le añadimos los accesorios que podemos añadir tanto al penitente como a nuestra arma, dan como resultado un sinfín de posibilidades que hacen de Blasphemous II un título la mar de variado.

Aunque no lo parezca, un incensario enorme puede ser de lo más útil.
El lore más impresionante que podemos imaginar
Si hay algo con lo que siempre soy muy pesado es con el lore de Blasphemous. La manera en la que son capaces de inspirarse en toda la parafernalia de la Semana Santa y, además, sin llegar a ser ofensivo ni recrear realmente nada de lo que se inspiran, es simplemente sublime.
Desde los decorados hasta los enemigos, pasando por la música, siempre consiguen recordarnos de alguna manera a todo lo que podemos ver en una procesión (os lo dice un servidor, que ha visto unas cuantas). Y estos elementos son usados como base para meterlos como todo tipo de elementos en Blasphemous II. Sin hablar del argumento completamente original, aunque hay que admitir que, para enterarnos correctamente de la historia, debemos estar atentos tanto a diálogos con los personajes como a todos los elementos que podemos recolectar en las distintas zonas.

Para los que echabais de menos los pinchos en Blasphemous, que sepáis que no se les han olvidado en la segunda parte.
Artística y musicalmente, es una auténtica delicia
En Blasphemous II queda patente la gran calidad de los artistas que tenemos en nuestro país, porque podemos apreciar como cualquier elemento que vemos en el escenario ha sido elaborado con gran dedicación y cariño. Podemos notar el esfuerzo con el que está creado desde el fondo del escenario hasta el más pequeño de los enemigos.
Por no hablar de la música, la cual hoy por hoy aún es capaz de ponerme los pelos de punta. La manera en la que han conseguido introducir muchos de los instrumentos que suenan en las bandas de música que tocan durante las procesiones es una auténtica pasada.
Pero no puedo terminar este apartado sin hablar del excelente doblaje al castellano. Con algunas voces de sobra conocidas y otras que no tanto, pero que saben interpretar a la perfección a cada uno de los personajes y que consiguen trasladarnos los sentimientos de todos ellos. En este aspecto también hay mucha calidad en España.

Los escenarios son una maldita (o bendita) obra de arte.
Entonces, Blasphemous II, ¿merece la pena?
De sobra es sabido que la primera entrega de esta saga nos hizo sufrir a más de uno, haciendo que nos acercáramos a esta segunda entrega con más miedo que vergüenza. Pero una vez que comenzamos a jugar, notamos como Blasphemous II es un juego más “accesible”, aunque este no sea tampoco el adjetivo más apropiado. No nos engañemos, sigue siendo difícil, pero nos perdona un poco más nuestros errores y nos da más margen de maniobra a la hora de afrontar los combates, como, por ejemplo, el hecho de poder cambiar entre las armas que tenemos a nuestra disposición en cualquier momento y de manera rápida.
Así que, como muy probablemente ya os he convencido, solo tenéis que acercaros a cualquiera de nuestras tiendas GAME o a nuestra WEB y haceros con Blasphemous II para PlayStation 5, Nintendo Switch o Xbox Series.
Lo tenéis disponible en dos ediciones: la edición estándar y la fabulosa edición coleccionista, la cual contiene una cantidad enorme de artículos del juego como una guía, la banda sonora tanto en CD como en digital, unas laminas, un libro con arte del juego, una moneda, una caja metálica, un certificado de unidad limitada e incluso una carta de agradecimiento del equipo de Game Kitchen. Pero aquí no acaba la cosa, ya que solo por el hecho de comprar la edición coleccionista en GAME, os lleváis una exclusiva carta maldita de regalo.