Todos los que nos hemos criado en los 90 hemos sentido predilección por la época dorada de los videojuegos de Disney. Desde los originales Castle of Illusion o Maui Mallard hasta los juegos de películas como Toy Story o Hércules, estas creaciones apostaban por el entretenimiento puro y duro, echando mano habitualmente del género de las plataformas.
Lamentablemente, a excepción de la saga Kingdom Hearts, la industria Disney en este sector ha ido de capa caída conforme han pasado los años, hasta que se anunció hace un par de Nintendo Direct, para nuestra sorpresa, un nuevo juego de plataformas para Nintendo Switch que destilaba sabor a aquellos juegos tan añorados. Disney Illusion Island prometía bastante en sus primeros gameplays, pero ¿está a la altura de los jugones más exigentes?
En las próximas líneas, daremos respuesta a esta y muchas otras preguntas. ¡Bibidi babidi bu!
Todo un Mickevania
La historia que se nos presenta en este juego es sencilla, sin demasiadas pretensiones: Mickey, Minnie, Donald y Goofy se reúnen en una isla para hacer un picnic. Sin embargo, han sido engañados por Toku, el líder de los hokun, una raza de habitantes de la isla a los que les han robado tres libros mágicos. Como estos peludos seres son fans de las aventuras del cuarteto, haciendo referencia a los cortos y películas de animación de Mickey y compañía, les enviaron las invitaciones para que fueran a ayudarles. Así comienza nuestra aventura en la que recorreremos la isla de Monoth y sus distintos biomas para detener a los ladrones y recuperar los tomos robados.

Cómo no vas a quererlos con esa carita.
Nos encontramos ante un juego de plataformas en 2D de corte clásico en el que tendremos la opción de formar equipo con hasta 3 amigos en modo local. Podremos elegir entre los 4 protagonistas, sin encontrarnos diferencias de control o habilidades entre ellos, dado que todos tendrán los mismos movimientos. En ese sentido nos ha recordado a las dos últimas aventuras de Rayman, en las que más allá del componente estético, daba igual que personaje eligiéramos para jugar.
En cuanto demos nuestros primeros pasos, comprobaremos la enorme aventura que nos espera. Con un solo vistazo al mapa, nos vendrá a la mente el género que muchos han bautizado como «Metroidvania». Y es que la isla de Monoth es enorme, dividida en distintas zonas interconectadas, con multitud de pasillos y salas ocultas tras paredes falsas y en la que constantemente hallaremos caminos por los que no podremos avanzar hasta contar con una habilidad específica que nos permita salvar los obstáculos ante nosotros.
Asimismo, habrá momentos en los que encontraremos puertas que nos impiden el acceso, obligándonos a desviarnos para hacernos con tres llaves con las que franquearlas. En ese sentido, el juego está muy bien medido para impedirnos avanzar a tiro hecho y, conforme vayamos jugando, desbloquearemos unos cuantos teletransportadores que nos facilitarán volver a sitios que ya hemos visitado para continuar nuestra aventura.
Y tened por seguro que tendremos que revisitar zonas ya exploradas, sobre todo tras encontrarnos con Mazzy. Este simpático cocodrilo rosado les dará a nuestros héroes unos curiosos artilugios con los que podrán alcanzar zonas nuevas. Desde un desatascador para aferrarse a las paredes y hacer saltos de escalada, hasta un paraguas con el que flotar por corrientes de aire o un yo-yo con el que balancearse de un lado a otro de la pantalla.
Estos artilugios tendrán también un componente cómico, dado que cada uno de los personajes recibe uno distinto, aunque su funcionalidad sea la misma. Mickey y Minnie suelen ser los mejor parados, Goofy siempre recibe artefactos hechos de comida mientras que Donald es ninguneado con lo que sobra, ocasionando el cabreo constante de nuestro pato más gruñón. Unos toques de humor muy acertados que lograrán sacarnos más de una sonrisa.

Tecnología punta.
Una isla no demasiado desierta
Si pensabais que la isla de Monoth iba a ser un tranquilo paseo por el campo, estáis muy equivocados. Tendremos que andar con más ojos que una cuba de sardinas si queremos esquivar a la multitud de enemigos que nos saldrán al paso. Y sí, decimos esquivar, dado que no tendremos manera alguna de acabar con ellos. En un primer momento este hecho nos sorprendió, llevándonos a pensar en que quizás Disney y su falta de violencia explícita hubieran sido los causantes de este hecho.
Pero conforme fuimos avanzando encontramos la genialidad de esta decisión. Cada enemigo nos obligará a aprendernos su patrón de ataque y movimiento para evitar que nos haga daño, lo que incorporará un nuevo elemento de plataformeo al título al obligarnos a esquivarlos una y otra vez.
Otro de los puntos curiosos de la aventura son los enfrentamientos con los jefes de cada zona. El combate se llevará a cabo en una zona amplia, donde tendremos que usar las habilidades más recientes que hemos conseguido para romper una serie de objetos. Cuando lo hayamos hecho, le caerá encima al jefe un artefacto que le golpeará, ocasionando que se enfade y convoque defensas que tendremos que esquivar mientras repetimos la operación. Así unas cuantas veces hasta que acabemos con él. Acostumbrados a darles sus buenas palizas a Bowser o Ganondorf, nos ha parecido un cambio divertido el hecho de no interactuar directamente con el enemigo.
En cuanto a nuestros corazones de vida, podremos recuperarlos con alguna que otra caja repartida por los escenarios o en los manantiales de curación, unas aguas termales donde podremos hacer un alto en el camino.
A pesar de todo esto, no será raro que nos quedemos sin corazones una y otra vez, pero que no cunda el pánico. Otro de los aciertos del juego, a nuestro juicio, es la inclusión de checkpoints a cada rato en forma de simpáticos buzones animados. En cuanto nos derroten, nos convertiremos en un sobre y apareceremos junto al último que hemos visitado y, dado que contamos con vidas infinitas, no sentiremos ningún agobio por reintentar una zona las veces que sea necesario. Además, conservaremos los coleccionables que hayamos conseguido en todo momento, que esto no es un juego de From Software, ¡faltaría más!

Más coleccionables que monedas del tío Gilito.
Y hablando de los coleccionables, este juego está cargadito de ellos. En el menú tendremos un apartado solamente para comprobar cuántos llevamos de cada uno, así como en el mapa, donde se nos indicará el total de coleccionables de un área.
Contaremos con cuatro tipos diferentes:
- Tarjetas. Nos mostrarán una ilustración y explicación de los habitantes de la isla o de los enemigos con los que nos topemos.
- Recompensas de Glimts. Recogiendo unas lucecitas flotantes podremos comprar los seis trozos en los que se divide una ilustración de cada una de las cuatro zonas de la isla. Al completarla, nos darán un corazón extra que se sumará al total de la vida del personaje.
- Recuerdos de Mickey. Sets de tres recuerdos compuestos por un peluche, un traje y un objeto que hacen referencia a cortos animados de los protagonistas. Desde el Botero Willie hasta cortos más modernos como la Fiesta de la Patata. Estos son los coleccionables que más gracia nos han hecho, sin duda alguna.
- Trofeos/logros: Tareas a completar dentro del juego, como avanzar hasta un punto de la historia, usar una habilidad un determinado número de veces, etc…
A estos coleccionables se sumará la posibilidad de localizar y fotografiar la imagen del ratón Mickey por distintos puntos de los escenarios. Para ello, contaremos con una señal acústica y un medidor que nos avisará si hay alguna cerca, dado que estarán muy bien camufladas en el entorno.
Para los más completistas, toda esta recolección nos hará explorar hasta el último rincón de cada mapa, dado que una gran mayoría de ellos aparecerán ocultos en secciones del mapa camufladas tras el escenario. Y la única manera de encontrar dichos lugares, si no tenemos buena intuición, será localizar a un curioso personaje que nos entregará mapas de cada sitio.
Todo un añadido que extenderá nuestras horas de juego si queremos completarlo al 100%.

Donald es un quejica.
El espíritu de Walt sigue vivo
Pasando al apartado técnico, este título es totalmente mágico. Desde el primer momento nos hemos sentido dentro de una serie de animación de Disney. Todas las fases, como el bosque subterráneo de Raíces Profundas o Gizmópolis, una ciudad tecnológica hecha con instrumentos de oficina, rebosan encanto y estilo propio por los cuatro costados. Los escenarios de estilo cartoon parecen dibujados a mano, así como las animaciones de los enemigos, los secundarios que pueblan el lugar y los propios protagonistas, que han sufrido un rediseño para dotarles de un estilo más acorde a la estética que muestran actualmente. Es muy divertido ver aletear a Donald cuando realiza un salto largo o la cara de bobalicón de Goofy cuando se queda mirando un bote de mostaza gigante.
En cuanto a la música, va acorde con el lugar por el que nos encontremos. Tan pronto estamos en plena naturaleza escuchando una tonada que parece sacada de la Bella Durmiente como escuchamos efectos de sonido mezclados con ruidos de fondo al adentrarnos en la ciudad. Como no podía ser de otro modo en un producto con el sello de la factoría Disney. Asimismo, contaremos con audio y textos en español latino que están francamente bien localizados, pero si sois de los más puristas, podréis disfrutar de las voces originales en inglés.
Por último, añadiremos que el juego cuenta con distintos niveles de dificultad adaptables a cada personaje. Podremos poner un corazón blindado para ser inmortales, una opción excelente para los menos avezados o los más peques de la casa, así como distintas ayudas al manejo de las habilidades de escalada o deslizamiento, e incluso a la hora de localizar los coleccionables. Con todo, el juego no es demasiado largo, pudiendo finalizarlo en unas 6/7 horas, llegando a las 9/10 si estamos dispuestos a completarlo al 100%

El pato voladoooooor.
Conclusión
Disney Illusion Island es un excelente añadido al género de plataformas para disfrutar solo o en compañía este verano. Nos traerá grandes recuerdos a los que echamos de menos las aventuras Disney en nuestra consola, y acercará a nuevos jugadores a este género tan querido por todos. Una aventura que hará que sonriamos durante varias horas y volvamos a conectar con nuestra alma de niño.