Es más que probable que mientras estéis dedicando tiempo a leeros esta fantástica review, os entre alguna notificación de WhatsApp. Nos hemos acostumbrado tanto a hablar de forma rápida e instantánea con la gente, que ya nadie echa en falta las formas de comunicación que teníamos hace un tiempo. Y no, no estoy hablando de señales de humo o palomas mensajeras, sino de programas informáticos como Messenger. Ya sabéis, ese monigote de color verde que daba vueltas mientras conectaba. Todos nos moríamos de ganas de llegar a casa y empezar a chatear con las mismas personas que habíamos visto hacía tan solo 30 minutos. Esa época fue maravillosa.
Hoy os vengo a hablar precisamente de eso. No de zumbidos y estados melancólicos que la gente sacaba de canciones de Álex Ubago, sino de The Messenger, el juego de Sabotage Studio que salió allá por 2018 y que ahora ha llegado, por fin, con su versión en físico.
¡Bienvenidos al fin del mundo!
En situación
The Messenger nos cuenta la historia del último ninja superviviente de un clan al borde de la extinción. La profecía de un supuesto héroe procedente del oeste que los salvaría a todos llega tarde (aunque al menos aparece) y no puede hacer nada para evitar el cataclismo. Eso sí, entregar un pergamino a nuestro protagonista para que lo lleve a la cima más alta de la montaña, es más fácil que dar la cara delante de la gran amenaza que se nos plantea. Así es como nos convertimos en el cartero de una historia llena de giros de guion, saltos imposibles y mucha pero que mucha acción.
¿Qué es The Messenger?
El juego consiste en avanzar hacia delante, saltar obstáculos y eliminar a los enemigos. Contado así parece fácil, pero no lo es para nada. Iremos superando zonas y entrando en otras cada vez que derrotemos al jefe del lugar. En ellas encontraremos al tendero, mi personaje favorito, el cual nos ayudará en nuestra misión. Pero de él hablaremos más adelante (se merece una sección entera).
Región a región, iremos aprendiendo habilidades de movimiento nuevas, ya sean el planear o el podernos enganchar en ciertos sitios para superar más “fácilmente” los obstáculos. The Messenger es, por así decirlo, un plataformas clásico que pondrá a prueba nuestros nervios muchas veces. Así que… respirad hondo.
Como armas principales tendremos nuestra katana, para asestar golpes rápidos y fuertes, y los shuriken, para eliminar a distancia, aunque estos últimos no son infinitos, así que no los lancéis a la ligera.
Jefes de zona
Casi todas las regiones tienen a su final boss. Cada uno de ellos con sus movimientos y patrones. Aunque los 3 o 4 primeros me han resultado sencillos, he notado un cambio en la dificultad bastante importante más adelante. Algo que he agradecido, por mucho que luego reniegue por las esquinas cuando me matan.
Será fundamental moverse a tiempo, saltar en el último instante y no liarnos a espadazo limpio sin ton ni son. Lo digo por experiencia. Respirad y bailad con el enemigo y nunca os precipitéis. The Messenger ha conseguido que la pelea contra estos rivales sea algo fascinante. Mi enhorabuena.
El tendero
El juego ofrece ciertos puntos de guardado en cada una de las zonas. Y, algunos de ellos, están pasando por la tienda. Un sitio extraño, psicodélico que, por alguna extraña razón, no pega con la temática ni la cronología del videojuego.
Principalmente encontraremos un cofre cerrado, un armario que no podremos abrir y el tendero: un hombre encapuchado que solo deja ver sus ojos y que tiene mucho que decir. Le podremos preguntar por las zonas y los monstruos del lugar para tener un poco más de contexto. También le pediremos que nos cuente alguna historia (a cada cual más divertida y sin sentido), sobre todo por la época en la que se supone que transcurre todo. Y por supuesto, será el encargado de darnos nuevos gadgets para superar niveles y vendernos mejoras.
No quiero haceros ningún tipo de spoiler, pero os recomiendo que agotéis todas sus líneas de diálogo. No tiene desperdicio. Un personaje que rompe la cuarta pared en muchos momentos. Impredecible en sus respuestas y comentarios y te deja una sensación de querer avanzar solo para volver a verlo.
Guapifeo
The Messenger es un juego en el que nuestra barra de salud llegará a estar vacía en muchas ocasiones. Ya sea por trampas, enemigos, caernos en fosos o calcular mal cualquier acción. Pero el caso es que no moriremos. Al parecer, un extraño ser alado de color rojo llamado Guapifeo hará retroceder el tiempo hasta el último punto de guardado evitando nuestra muerte. Eso sí, esto no será gratis. Puesto que se lo cobrará robándonos las próximas monedas que encontremos. Y no se irá de nuestro lado hasta que saldemos su deuda.
Este personaje es algo anecdótico, pero es gracioso verlo tragarse nuestras ganancias, salir asustado cuando entramos en zona de jefes o soltar algún comentario a modo de burla cuando “muramos”.
Emblemas verdes
Un añadido que tiene The Messenger, aparte de completar zonas, es el encontrar una especie de emblemas de color verde repartidos por todo el escenario. Suelen estar bastante escondidos, pero si los conseguimos todos podremos abrir ese cofre cerrado que guarda nuestro amigo el tendero. No he podido reunir aun las 44 piezas, pero tengo curiosidad por saber que hay en su interior. Seguro que algo sin sentido y totalmente inútil.
The Messenger y Sea of Stars
Solo quiero acabar este escrito diciendo un par de cosas. A nivel visual, The Messenger recuerda a los clásicos juegos de plataformas de hace décadas y la música acompaña muy bien a dicho arte.
Por otro, quiero recordar que, aunque este juego salió en 2018, yo lo he jugado por primera vez ahora y, al estar vinculado a Sea of Stars (uno de mis juegos favoritos de estos últimos años) es imposible no ver ciertos parecidos entre uno y otro (música, diseño o personajes). Y aunque mi comparación es errónea, puesto que los he jugado al revés, veo de donde salieron ciertas ideas del juego de 2023.
No solo eso, ya que cronológicamente, The Messenger sucede varios siglos después de todos los acontecimientos que vivimos con Zale y Valere en Sea of Stars. Y ha sido una autentica sorpresa volver a escuchar ciertas melodías, visitar lugares ya explorados como la zona de los gigantes y reconocer a ciertos personajes.
Sabotage Studio hizo un trabajo increíble, tanto en uno como en otro. Pero, sinceramente, era un poco reticente con este The Messenger al principio y puede que se haya convertido en uno de los mejores indies que he jugado en los últimos tiempos. Es divertido, desafiante y atemporal. Un título que, además, incluye su DLC: Picnic Panic. Lo tenéis disponible YA en GAME para Nintendo Switch y PlayStation 5.